jueves, 5 de abril de 2018

El Indio de Camurica


En el pueblo de Camurica, de raza caribe, a escasa distancia de Ciudad Bolívar, nació en 1948 el piloto Juan Bolívar.  Por eso lo llamaban el "Indio de Camurica". Tuvo la suerte de estudiar en el liceo "Juan Vicente González" de Caracas y de en­contrar posteriormente al Capitán Mare Bianchi que lo hizo mecánico y piloto de heli­cóptero. Hoy tiene más horas de vuelos en he­licóptero (más de 7 mil) que ningún otro piloto de montaña aunque tiene meses que no vuela. Lo botaron porque el Gobernador se dió cuen­te que estaba ganando más que él. Se prome­diaba sueldo de 20 mil bolívares al mes. En verdad eran 12 mil, pero los viáticos lo abul­taban. Volaba tanto que casi no paraba sino cuando al aparato se le trancaban las aspas allá arriba y caía como una piedra. Esto le ocu­rrió cinco veces, pero la caída más seria la su­frió en Santa Rosalía cuando el helicóptero se "enrolló". Es un término del argot aeronáutico para configurar el "barreno de plato" en el caso del avión.
Cuenta Bolívar que sólo dos accidentes de esos han sido superados en el mundo. El que le ocurrió a él en Santa Rosalía sería el tercero y esto consagra y reafirma el respeto que le tie­nen sus compañeros del aire, tan leales como el Capitán Enrique Martín, veteranísimo de la selva, que se divierte contando las anécdotas de Juan Bolívar. Anécdotas como la del Arzo­bispo de esta ciudad y el Nuncio que se hallaba de visita por Guayana. Juan Bolívar pilotando a regreso de Canaima el helicóptero de la Go­bernación costeaba la costa del Orinoco sobre una extensa siembre de patillas que en broma incompren­dida dijo a los prelados era suyo. Entusiasma­das las dignidades de la Iglesia hicieron que el piloto se posara en tierra para cargar con al­gunas sandías, pero "enchinchorradas" éstas en la sotana fueron alertados a tiro de escopeta por un "isleño" que los obligó a pedir perdón, bendecir luego el patillal y de ñapa regalarle al labriego un cristo de madera que el Nuncio traía de Italia. El Indio de Camurica, por su­puesto, recibió su dura reprimenda además de la consabida penitencia..
La chusca maldad de Bolívar sirvió para que Monseñor Mata Cova le tomara compasivo aprecio y no lo olvidara en sus frecuentes ex­cursiones por los aires de la selva. Así ha sido y desde que a Juan lo botaron de la Goberna­ción, el Arzobispo ha dejado de volar en esos raros pájaros de aspas horizontales. De ma­nera que sus periódicas visitas a las comuni­dades indígenas de Sucre y Cedeño las hace penosamente por tierra. El helicóptero de la Gobernación lo pilotea ahora Jesús Leonardi, quien servía con Bolívar de copiloto, claro, con menos sueldo. Aparentemente la Gobernación ha salido ganando porque paga menos y las instituciones no tienen que pedir tanto el apa­rato. Con un piloto como Bolívar que conoce a Guayana desde Punta Barima hasta que se pierde en el Amazonas, da mucha confianza volar. 'Por eso jugó papel destacado cuando el secuestrado Willian Frank Nie­hous. El, junto con el director Uzcátegui de la Disip y un mayor del Ejército, trasladó al in­dustrial norteamericano en el helicóptero desde el Hato Dividivi hasta el Comando de la V División de Selva.(AF)

1 comentario:

  1. Exelente piloto del estado bolivar , el capitán Juan bolivar , piloto como el ..Ningun, ninguno , muchas gracias por esta crónica !

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