domingo, 25 de julio de 2021

HUESOS DE PIAR CONFUNDIDOS CON EL POLVO

“Y abrieron un foso y allí metieron el residuo humano y una cúpula azul sobre una losa fue el mausoleo, el cielo sobre el Llano”. Ese pasaje de poesía de Andrés Eloy Blanco a una llanera bien pudiéramos aplicarlo a los restos de Manuel Piar, toda vez que en 1817 no existían en Angostura ni urnas ni carpinteros por lo que los cuerpos yacentes como el del héroe de Chirica, eran arrojados bajo tierra envueltos en sus hamacas donde con el paso de los años se confundían con la tierra. “Polvo eres y polvo serás”, dice el sacerdote el Miércoles Santo. Me declaró el médico internista, Eduardo Jahn, quien participó en las excavaciones, que las tierras de Angostura son húmedas y ácidas, dos elementos naturales enemigos de la conservación de los huesos. Las excavaciones donde participo Jahn en busca de los restos, se hicieron en las tierras del Cardonal donde sepultaron a Piar, tierra que luego pasaron a manos de doña Bernarda Calderón. Ahí todavía sobrevivía un Cardón España a donde cada 16 de octubre iba religiosamente el bachiller Ernesto Sifontes a depositar una flor, similar a la que siempre ostentaba en el ojal de su chamarra. De suerte, que los restos de Piar no existen como tampoco los del prócer Manuel Palacios Fajardo. La alternativa es el Cenotafio como el que Francia levantó a Saint Exupery, hasta que sus restos perdidos en el desierto vuelvan como es el deseo inquietante de quienes leen y han leído con ojos de niño “El Principito”. (AF)

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