jueves, 22 de marzo de 2018

RAMÓN CASTRO MATA: UN HOMBRE DE RETOS

El 22 de marzo de 20l8 dejó de existir Ramón Castro Mata. Se consideraba un hombre de retos en el difícil campo de de los negocios. Cuando se presentaban desafíos los asumía a plenitud, seguro de que los riesgos implicados serían vencidos con trabajo, tensión y perseverancia. En estos tres vocablos reside la clave del éxito que tuvo, primero como estudiante, luego como farmacéutico, posteriormente como vendedor de carro, editor, dirigente gremial y como productor de leche y carne. Así mismo Ramón Castro no dejó de incursionar en el terreno de la política. El hombre es un animal político que por más que pugne por no verse envuelto en ella, casi siempre termina empapado bajo la marejada y en Venezuela las olas de la política son tan inmensa que no solo salpican sino que levantan y sepultan. El, afortunadamente como sus ascendientes, sabía de mar y río. Su abuelo Issac Mata era lobo de mar, vale decir, margariteño que navegaba con su goleta por todos los puertos del Mar Caribe y un buen día penetro el estuario deltano y con su familia fondeo en Ciudad Bolívar para siempre al igual que su padre el ganadero Ramón de los Remedios Castro Campero, hijo de gallegos y nacido en Cachipo. Vino en las montoneras gomecistas que comandaba el general Arévalo Gonzáles. Se enamoro en el Puerto de Catalina Mata, enfermera del Hospital Ruiz y Páez. Pero Castro nació en su propia vivienda el 18 de diciembre de 1929 tutelado por las bondades de su signo sagitario. De esa unión matrimonial nacieron otros dos hijos: Atahualpa que murió y Eva, viuda del periodista Lorenzo Vargas Mendoza, quien dirigió El bolivarense como semanario, luego el extinto diario el Globo y finalmente se residencio en Caracas llegando hacer crónista de Petare y autor de varios libros, entre ellos ¨ Periódicos de Guayana¨. La margariteña Catalina Mata lo mismo que sus hermanas María y Eulalia eran comadronas o parteras de familia en la Ciudad Bolívar. Vivía entre las calles Venezuela y San José y rara la parturienta del sector de la Alameda que Catalina no asistiera. Por supuesto. Ramón Castro no nació en Sala de Maternidad. Lo partearon sus tías y hasta lo santiguaron al nacer para que no lo desampararan las estrellas de su constelación. Desde entonces la suerte lo acompañó a todas partes y en su formación y educación hasta llegar ser farmacéutico egresado de la Universidad de los Andes, Ramón Castro hizo su tesis sobre el curare dentro de un equipo atraído entonces por la sustancia resinosa amarga y oscura que nuestros indios utilizaban para emponzoñar sus flechas de caza y guerra. El grupo logro aislar componentes que añadidos a otros mucilaginosos pueden causar daños a los centros nerviosos. Castro Fundo la Farmacia Castro que ya no existe, Fue Presidente de la Cámara de Comerció y logró su sede propia, Presidente del Colegio de Farmacéutico y Vicepresidente del Concejo Municipal, salvó el diario El Luchador y lo transformó en Tabloide a full color e estimuló a una de sus hijas que ahora ejerce el periodismo en Guadalajara. Acompañando al doctor Penzini Fleuri visté su casa una tarde y aprecié su valiosa colección de cerámicas precolombinas de la cultura maya y azteca. Asimismo la pintura de un artista peruano con elementos del Popol Vuh y su biblioteca particular, la que estimaba tan grande como ninguna en el Estado Bolívar.(AF)

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