El periodista,
escritor, ensayista y poeta bolivarense,
Carlos Díaz Sosa, murió el viernes 15 en Caracas, a los 82 años de edad. Era hermano del poeta y crítico de arte
Rafael Pineda así como del cronista social de El Nacional, Pedro J Díaz.
Los tres fueron comunicadores sociales como lo fueron
sus padres. Blanca Sosa, quien era maestra y tocaba la guitarra. Su nombre lo
ostenta una Escuela del sector de Las Moreas en tanto que Zoilo Díaz era
telegrafista y agente viajero, de esos que no se aguantan mucho en un lugar y
se van con el olvido.
Ausentado el marido, Blanca Sosa, se quedo con sus
tres varones y sus guitarras, más
finchada que nunca, tratando de descifrar aquellos signos morseanos de una vida
que se estrechaba entre el rio y los arenales de Los Morichales.
Para ello se valió de una escuela privada donde se
podían aprender las primeras letras antes de llegar a la “Moreno Mendoza”,
reputada escuela dirigida por el Bachiller Felipe Natera que era tan severo como
la maestra Natividad Cardozo, de Guasipati, tierra de remanso del tráfago
aurífero calloense.
Guasipati entonces parecía toda una calle larga
desde la entrada hasta la salida hacia El Callao y con una tranquilidad bucólica ni siquiera perturbada por la
alargada de los discípulos de la maestra Cardozo.
De la capital del distrito Roscio salió toda la
familia. Se vinieron padre, madre, hijos
y Ciudad Bolívar se abrió como una posibilidad distinta que a la larga resulto
dura por el esfuerzo que debió hacer la madre para suplir la ausencia del
padre.
Los tres estudiaron en Ciudad Bolívar y después
viajaron a Caracas a completar sus estudios al mismo tiempo que comenzaron a
trabajar en El Nacional y otras publicaciones.
Carlos Díaz Sosa se
casó con Nelly Lameda, hermana del también escritor Alí Lameda, quien a pesar
de ser comunista fue encarcelado durante siete años en Corea del Norte por
haberse opuesto a la lucha armada. Con
Nelly tuvo tres hijos.
Su carrera periodística la desarrolló durante muchos años en el
diario El Nacional y en Radio Nacional.
Entre sus numerosas obras literarias y periodísticas destacan Tranvía
de hormigas y 200 temas de conversación.
Asimismo, Carlos Díaz Sosa fue agregado cultural y de prensa de la Embajada
de Venezuela en Reino Unido a finales de la década de los ochenta.
Durante sus últimos años de vida se desempeñó como columnista del
diario Últimas Noticias. Allí, en uno de sus artículos lamentó la ya
inexistente Asociación Venezolana de Autores y Compositores, institución
integrada por músicos, compositores y escritores, presidida María Luisa Escobar.
En algún momento el maestro Antonio Lauro y el periodista Carlos Díaz Sosa,
fueron sus directivos. La actividad era nacional, pero con vínculos
internacionales. Colombia, Brasil, México, Chile, Perú, Argentina, Francia,
Alemania, Estados Unidos, y de esa manera la importancia de la institución que
ahora se ve desarticulada.
En abril de
1975, cuando el poeta Ali Lameda, hermana de su esposa, salió de la prisión en
Cora del Norte, fue entrevistado por el periodística e infatigable luchador por su causa, Carlos
Díaz Sosa.
Al ser
interrogado, Lameda reveló que había sido víctima indirecta de la decisión del
Partido Comunista de Venezuela de ir a la pacificación, puesto que esta opción
del Comité central del PCV fue respetada por todos los partidos comunistas del
mundo, menos los de Cuba, Corea y Albania. Su prisión había sido, pues, una
manera de cobrarse esa medida del PCV. Y Fidel Castro no movió un dedo para
agenciar su excarcelación o mejorar las condiciones de su retención.
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