martes, 19 de noviembre de 2013

Los Farallones Parque natural

1975

El abogado Domingo Álvarez Rodríguez (en la foto), realizó obras perdurables para Ciudad Bolívar no obstante su gobierno de apenas 21 meses.  Obras como la restauración de la Casa del Congreso de Angostura, la prolongación del Paseo Orinoco que evitó la crecida del 76 inundará la ciudad, el saneamiento de la Laguna El Porvenir que hizo posible el Jardín Botánico y habría podido hacer más si la intriga política no lo despacha tan temprano  de la Gobernación.
         Por ejemplo, Domingo Álvarez, quien murió recluido bajo el mayor desprecio en un asilo de anciano de Caracas, hizo todo lo posible porque el Ministerio del Ambiente declarara Los Farallones de Ciudad Bolívar, Parque Nacional, porque por su parte ya lo era y en función de ese concepto tomó la decisión, y en septiembre de 1975 se quedó,  de convertirlo en un Jardín Zoológico  para mostrar a propios y extraños las variadísimas especies representativas de nuestra fauna y flora.
         Este desfiladero, con longitud de 25 kilómetros y una profundidad variante entre 50 y 60 metros de profundidad, siempre por sobre el nivel del Orinoco, es una belleza geológica extraordinaria, pero casi ignorada por la población que poco acceso tiene a esa depresión.  Quienes mejor la aprecian son los tripulantes y pasajeros de las aeronaves que diariamente vuelen sobre la ciudad.
Tal vez por ello, una compañía de espectáculos propuso al gobierno, la concesión de ciertos derechos para instalar un Teleférico, pero la idea lamentablemente no prosperó
         Hay, sin embargo, urbanizaciones en zonas de ensanche  que por estar próximas, corren peligro como los casos de los sectores urbanos “Agosto Méndez” y “Negro Primero”, toda vez que Los Farallones sufren retiros anuales de  unos diez metros, causados por la erosión de los vientos, las lluvias y otros elementos.
En marzo de 1991,  Los ingenieros de la Escuela de Geología y Minas de la Universidad de Oriente alertaron  del fenóme­no de erosión regresiva que acusan los cañones o farallones de los cuatro ríos que atraviesan el área urbana de Ciudad Bolívar.
Por lo menos once barrios y urbaniza­ciones estaban siendo afectados en calles y viviendas sin que de nada hayan valido los rellenos de emergencia, pues el problema según los ingenieros y geólogos es estructural, responde a la llamada formación mesa que es suelo frágil y de escasa consis­tencia.
El problema, aunque venía siendo denunciado con marcada antelación tomó proporciones de alarma al ser exhibido el video de una tesis de grado sobre el proceso erosivo de las áreas adyacentes de la urbanización El Perú. La tesis, basada en un estudio fotointerpretativo del graduando Jesús Benavides, fue re­forzada en el video con opiniones de los profesores Cristino Villazana, María Coromoto Casado, Luis José Candia­les, Pilar Gascón, la ingeniero María Eugenia Díaz y la arquitecto Xiomara Preda, las dos últimas en representa­ción del Alcalde Jorge Carvajal, quien dispuso la realización del video para ser elevado a conocimiento de la CVG y del Ministerio del Transporte y Comunica­ciones, dada la gravedad del asunto.

Entre los barrios y urbanizaciones afectados aparecen El Perú, El Edén, Buena Vista, Las Piedritas, Agosto Méndez, Las Campiñas, La Sabanita, Virgen del Valle, Primero de Mayo, San Rafael y Las Flores. La cuenca de los ríos San Rafael, Buena Vista y Santa Bárbara atraviesan de sur a norte estos sectores por el lado occidental de la ciudad. El río Cañafistola por el lado oriental ofre­ce menos peligro debido a que por estar en zona militar ha habido poca inter­vención civil en su cuenca.  Lo cierto es que Los Farallones acusan un gran avance erosivo año tras año.

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