Nedo,
un pintor ítalo venezolano, del que se hablaba mucho en 1974, expuso a fines de
marzo en el Museo de Arte Moderno Jesús Soto parte de su serie “Reversámbito” con la cual experimentaba resolver un
problema de carácter espacial y de luz que lo obsesionaba.
Soto había logrado la combinación de
tiempo y espacio que es algo que se venía persiguiendo desde hacía mucho
tiempo. Él, en cambio, buscaba otra cosa
y pudo al fin lograrlo, alterar la perspectiva de un hecho geométrico cumplido.
Nedo lo logró con su serie “Reversánbito”
o ámbito reversible que es un espacio que se devuelve sobre el mismo,
tergiversando la perspectiva.
Para ello, Nedo se valió del blanco
como color único y dominante que cubre impecablemente variadísimas formas
geométricas superpuestas sobre un fondo básico de madera tamaño gigante. Es un problema de luz que juega un papel
importante en su obra y el blanco se presta admirablemente para ese juego. Además del blanco hay otro color casi
imperceptible que le trasmite la luz.
En esa ocasión el Maestro Jesús Soto
adquirió dos obras de Nedo, asociados en una unidad, para patrimonio del Museo
de Arte Moderno. Esa obra formaba parte
de la exposición de veinte piezas que fueron expuestas en la Sala Uno. La cromovibrofonía del compositor
Antonio Esteves que ambientaba todas las salas se adaptó admirablemente a la
exposición.
Nedo, nacido en Milán en 1928 y
residenciado en Caracas desde 1950, venía de exponer en el Museo de Bellas
Artes y allí volvió a exponer meses después numerosos diseños gráficos con
motivo de la edición de su libro “Letromaquia”, editado por Publicaciones Refolit y el cual recoge letras y
números diseñados por él durante su larga vida de pintor.
Nedo Mion Ferrario nació el 23 de
septiembre de 1926 y está, considerado pionero del diseño gráfico venezolano.
Diversas generaciones de
venezolanos adquirieron sólidos conocimientos del diseño, la tipografía y el
dibujo gracias al patrimonio histórico-artístico legado por quien fue un
diseñador y artista muy prolífico y hábil acuarelista e ilustrador. Gran parte
de su vida la dedicó al diseño y la docencia.
Nedo diseñó unos sesenta
alfabetos para ser utilizados en carteles, catálogos y logotipos, algunos de
ellos dentro de la denominada familia Imposible, otros identificados como
Reversibles y Computables. Dichos alfabetos radicaban en la realización de un
trabajo sin descanso, movido siempre desde una exploración profunda y coherente
de la geometría. Su pasión por las formas imposibles y la fabricación de
ilusiones ópticas de tipo geométrico fueron los valores fundamentales y
más característicos de su obra.
Buena parte de su
aprendizaje la obtuvo de su padre, Emilio Mion Vianello, quien era cincelador,
un oficio de linaje en Italia. A a finales de la Segundaguerra Mundial ambos
decidieron abandonar Italia debido al clima político de aquellas fechas.
Animados por la política venezolana de inmigración llegaron a Caracas en
1950.
Gracias a las relaciones
públicas de su padre, uno de los primeros trabajos que tuvo en Venezuela fue la
realización de una serie de ilustraciones para un periódico denominado "El
País" y suplemento del diario “La Esfera” así como para otros proyectos
didáctico-comerciales como el diseño de emblemas, logotipos, revistas,
catálogos, carteles y campañas publicitarias para distintas marcas venezolanas
y extranjeras.
Entre 1952 y 1953 realizó
trabajos eventuales para la agencia de publicidad venezolana ARS Publicidad.
Este trabajo va desde el diseño de las cajas de cigarrillos marca “Negro
Primero” y “Alaska” hasta una extendida campaña de la transnacional petrolera
Mobil. En 1959 asumió la dirección artística de la revista “El Farol”de la
Creole Petrolium.
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