viernes, 16 de agosto de 2013

Creación del IRCOPAHIDEC


Ley del Instituto para el Rescate y Conservación del Patrimonio Histórico y desarrollo Cultural del Estado Bolívar, aprobó la Asamblea Legislativa en 1974 y empezó a funcionar a partir de enero del próximo año 1975 con un presupuesto del medio millón de bolívares.
La Ley fue aprobada justamente en la sesión última del periodo ordinario de ese año para regir al organismo que se encargó de rescatar todos los valores que constituyan el patrimonio histórico y cultural de Guayana y propendió a su desarrollo y divulgación.
El doctor José Rafael Miranda, Consultor Jurídico de la Legislatura  y autor del proyecto que fue presentado por la fracción parlamentaria de Acción Democrática, informó que el Instituto fue creado para funcionar a través de un consejo Consultivo formado por instituciones y personalidades, nunca mayor de nueve, que tuvieran que ver con los fines del mismo, y un Consejo Ejecutivo que se encargado de la Dirección y Administración del Instituto.
El Consejo Ejecutivo, encargado a su vez de nombrar al Consejo Consultivo, lo integraban el presidente de la legislatura, el Director de Educación del estado,  un miembro de la Academia de la Historia y un representante más, nombrado dentro o fuera del seno de la Legislatura.
El Consejo Consultivo y el Consejo Ejecutivo del Instituto se instalaron en la histórica casa del Congreso de Angostura.  Lo primero que se planteó el Ircopahidec  fue montar una Galería de Ciudadanos en el mismo l edificio donde en 1819 se reunió el célebre Congreso de Angostura que en ese momento estaba en proceso de restauración y un Panteón para Próceres Civiles y Militares, en la antigua capilla de las Siervas del Santísimo Sacramento de la calle Rosario.  El Arzobispo  Monseñor Crisanto Mata Coya, ofreció donar el inmueble al IRCOPAHIDEC tan pronto  como acabara  la restauración de la Catedral.
En la Casa de San Isidro el Presidente de la República,  Carlos Andrés Pérez, recibió de Phillip John Hamilton—Grierson el manuscrito original del Discurso de Angostura.  El IRCOPAHIDEC colaboró con la C.V,G., en la preparación del acto, y en funciones de asistente fui solicitado con urgencia  para que se localizara en el Cementerio de la Plaza Centurión el sepulcro del Coronel Hamilton, tatarabuelo del donante; pero no se encontró la tum­ba, debido a que los' Libros de Registro se perdieron; y hubo que distraer con una excusa la solicitud del señor Hamilton—Grierson, lo que demuestró con clara eviden­cia que, en una ciudad con tradición histórica como la nuestra, no debería faltar un Panteón de Próceres Civiles y Militares para honrar la memoria de sus notables.
Todas las acciones constructivas del hombre deben tender a la buena formación de la personalidad colectiva y honrar el pasado noble es uno de los factores imprescindibles para lograrlo; la escuela abre la conciencia del niño a la idea, que es abs­tracta, pero los símbolos la concretan en su mente, la corporizan, la hacen tangi­ble. Dentro de esta concepción, encaja sin dificultad el Panteón para Próceres Ci­viles y Militares de Guayana, que debería ser imitado, con sus demás principios,  por todos los Estados de la República si es que se quiere alcanzar una inquebranta­ble y pétrea solidez en la estructura de la nacionalidad venezolana.
El Presidente fundador del IRCOPAHIDEC fue el entonces cronista oficial de la ciudad doctor José Eugenio Sánchez Negrón, sustituido después de su fallecimiento, por la Profesora Lourdes Maestracci y finalmente por Américo Fernández (5/7/86), en tiempos del Gobernador Andrés Velásquez.  El Instituto fue disuelto al dictar el Congreso Nacional la Ley de Patrimonio Cultural de la Nación.



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