En 1975, los guyaneses estaban muy atentos y a
la espera del transatlántico “Cristóforo Colón” prometido por el Gobierno para
solucionar el problema de hospedaje que padecían quienes laboraban en los
planes de crecimiento de la Planta Siderúrgica del Orinoco.
Sin
embargo, los cables internacionales traían noticias inquietantes: Los
sindicatos italianos se manifestaban opuestos a la venta del transatlántico Cristóforo Colombo al Estado venezolano y
anunciaron una serie de huelgas de tripulantes de la línea naviera Compagnia
Italia, de propiedad del gobierno, y pidieron audiencia al ministro de
la Marina Mercante para gestionar la anulación del trato.
Los
sindicalistas alegaron que centenares de tripulantes perderían
el empleo si vendían al extranjero los pocos transatlánticos de lujo que le quedaban
a la flota mercante italiana.
La
amenaza de huelgas surgió pocos días después que una delegación
de la Compagnia Italia viajó a Caracas para suscribir un "acuerdo
general" para la venta del Cristóforo Colombo a la CVG-Siderúrgica del
Orinoco.
Se
informó que la corporación venezolana
ofreció cerca de 6 millones de dólares por
el transatlántico y proyectaba Convertirlo en un hotel flotante en el río
Orinoco frente a Puerto Ordaz.
Construido
en 1953, el Cristóforo Colombo desplazaba 30.000 toneladas. Medía 213 metros y tenía capacidad para 1.350 pasajeros y 570
tripulantes. Su último viaje en ese entonces estaba
transcurriendo entre Río de Janeiro – Génova.
El Cristoforo Colombo había sido retirado del servicio del Adriático y la
idea era que prestara servicio en la América del Sur para reemplazar el “Julio César” (Giulo Cesare” que había
sufrido graves problemas mecánicos, pero en 1977, se convirtió en antieconómico
mantenerlo activo y sus propietarios le buscaron compradores que encontraron
con buena fortuna en el Gobierno de Carlos Andrés Pérez. De suerte que lo
compró Venezuela pensando en Ciudad Guayana, donde fue utilizado como buque
alojamiento para los trabajadores en Puerto Ordaz.
Anclado estuvo durante años desde 1977 en
Matanzas prestando la función de hospedaje a más de 1.200 personas que
participaron en el Plan IV de Sidor.
A finales de la década de los años 70, a casi 20 años de la fundación de la
Corporación Venezolana de Guayana (CVG, la ciudad estaba en construcción.
Apenas se había levantando algunos espacios de lo que hoy día es conocido como
el emporio industrial más importante de Venezuela luego del petróleo.
Ciudad Guayana carecía de la infraestructura habitacional para albergar a
los técnicos y profesionales, que venían de todas partes a contribuir con la
creación del llamado Plan IV de Sidor, por lo que el Estado venezolano resolvió
comprar el trasatlántico Cristóforo Colombo, para dar hospedaje a al menos
1.200 personas. Su arribo a Guayana fue en septiembre de 1977.
El Cristóforo fue rebautizado con el nombre “Residencias Cristóbal Colón”.
Ya al llegar a Venezuela era famoso por haber servido de reposo a sultanes,
estrellas de cine y demás artistas y personalidades de la época.
El Barco ostentaba un hermoso altar que fue donado por la Siderúgica a la
Diócesis de Ciudad Guayana, que se usó durante la visita del papa Juan Pablo II
a la región. En dicho retablo ofició el pontífice la misa y éste reposa
actualmente en la sede de la Diócesis.
En 1981, el Cristoforo Colombo fue vendido a los raspadores de Taiwán. Sin
embargo, al llegar a Kaohsiung, Cristoforo Colombo fue remolcado a Hong Kong
con la esperanza de que alguien expresara su interés en comprar el barco. Sin
embargo, cuando nadie aparecía Cristoforo Colombo fue remolcado a Kaohsiung, en
el otoño de 1982 y desguazado.
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