El barrio ”La
Mariquita ” que ya dejó de ser barrio para transformarse en un
conglomerado urbano con todos los servicios, nació en mayo de 1967 al calor de 80 familias
invasoras que vivían arrimadas y carecían de techo propio.
Esas familias
venían de ser desalojadas de un terreno
proyectado para la Urbanización Andrés Eloy
Blanco, en la avenida de su
nombre.
Ante la medida de desalojo, los
invasores alegaron que estaban construyendo ranchos en la zona por insinuación de
Monseñor Crisanto Mata Cova, quien hacía poco se había posesionado del
arzobispado. Monseñor tratando de
amparar a los invasores, viajó a Caracas a entrevistarse con el Presidente de la República para tratar el
caso, mientras tanto un grueso pelotón de policías, atendiendo instrucciones
del Presidente edilicio, procedió a tumbar los ranchos dejando a sus
propietarios y corotos debajo de los árboles.
Estas ochenta familias, amparadas por
el prelado, se reubicaron en la zona de “La Mariquita ” que Monseñor Mata Cova bautizó con el nombre de barrio “Virgen
del Valle”, lo que llevó al
concejal Antonio José Grimaldi a señalar al Arzobispo como el “primer
invasor de tierras de la ciudad capital”.
Cuando los franceses Jean Chanfanjon y
Augusto Marisot estuvieron en Ciudad Bolívar en 1886-87 realizando
exploraciones botánicas, pasaron varios días inolvidables en La Mariquita según recogen
en sus memorias. Aquí batieron “pájaros
de todos los colores y de todos los tamaños para colecciones, desde un pájaro
azul cabeza negra y blanca del tamaño de una gallina de Guinea, hasta
colibríes, los más microscópicos pájaros moscas”.
En el paraje de La Mariquita , en lo alto de
una vega, se alimentaron con tórtolas, periquitos, perdices y pequeños
hortelanos. El sudor abundante del
verano de abril lo aplacaban con el fruto del manzano de caoba de propiedades
astringentes y por la tarde siguiendo un tanto el rito europeo de te y
galletitas, tomaban guarapo acompañado de casabe junto con dos peones que le
sirvieron de grata compañía.
En 1920, los llamados garajes de la
ciudad alquilaban automóviles para ir de paseo a La Mariquita y el servicio
se hizo tan frecuente que la
Municipalidad estableció una tarifa de dos bolívares por un
paseo en vehículo hasta aquellos bosques que hoy en día perdieron su acogedora
sombra por fuerza de la tala que fue
cediendo espacio a los sin techos.
Empezó con ochenta familias que ya el
16 de mayo de 1967 según reportaje del
diario El Nacional, había aumentado a 300 familias sobre las que todavía pesaba
la amenaza de desalojo por orden de la Municipalidad. El rotativo caraqueño que
entonces circulaba profusamente en Ciudad Bolívar donde tenía una
Corresponsalía, titulaba así: “La
Mariquita , barrio atormentado por la miseria y
amenazado de desalojo. 300 familias de
Ciudad Bolívar que viven en la miseria más espantosa se quejan de que son maltratados
por la Policía
y cuadrillas de obreros municipales”.
Las tierras invadidas bajo la tutela del
Arzobispo Crisanto Mata Cova por numerosos damnificados que allí se asentaron forman
hoy parte del desarrollo urbano de la ciudad dentro de los límites de la Parroquia Vista
Hermosa.
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