El doctor Alejandro Natera Contreras, miembro de la Asociación de
Escritores de Venezuela y ex Director del Ministerio de Relaciones Interiores,
pronunció el discurso de orden en el ceremonial realizado con motivo de la
inauguración de las' obras de restauración
de la casa histórica de la hacienda San Isidro, que habitó Bolívar en los
años de 1818 y 1819.
El doctor Natera
Contreras, para imprimirle fuerza a su concepción de que el recuerdo de los
grandes hombres y de la historia no debe tener un contenido vacío sino "un
signo positivo, un aire turbulento de vida"; repitió aquel lamento de
Andrés Eloy Blanco en uno de sus poemas:
"ya
tenemos cien años alabando a los muertos sin recordar que América necesita vivir".
Afirmó que
Venezuela está cansada del bolivarianismo vacío y sin proyecciones sociales.
El orador de orden
pronunció su discurso en el traspatio de la histórica casona circundada de gente de los más variados sectores y
empezó evocando el nombre de Guayana, su
poderosa raigambre caribe, su
inmensa extensión territorial y privilegiada geografía en cuyo corazón arden minerales y frutos que aguardan la mano de la ciencia
para que la haga impulso ciudadano,
"fuente de luz y de riqueza para gloria de Venezuela".
Habló sobre la Guayana de la leyenda y la Guayana de Bolívar y la Guayana de hoy separada
por "un largo trecho preñado de abandono, de incuria, de necesidades
insatisfechas" pero que en la actualidad hay una visión realista de lo
que somos y de lo que podemos llegar a ser, "ahora los ríos se utilizan en el portento de la producción de
energía eléctrica, los minerales se extraen
y se procesan y gentes de todas partes afluyen a esta tierra para compartir con los guayaneses la lucha por el
presente y el futuro, por el crecimiento
y el desarrollo de esta zona acostumbrada a darse toda por la grandeza de la
patria.
Hablando
sobre el significado del acto, el orador dijo que "estamos
reunidos para recordar que bajo este techo,
en esta casa que en la Guayana de 1818 se
hallaba fuera de la ciudad, habitó El Libertador y en ella maduró una
de sus más fructíferas y brillantes
iniciativas: la creación de la gaceta que se llamó el Correo del
Orinoco".
El
recuerdo –dijo- "ha de tener un signo positivo, un aire
turbulento de vida y no el carácter de simple cumplimiento de un
deber de alabanzas a nuestros héroes. No un recordar andrógino, emasculado
de la acción y de la enseñanza, Sino un violento comprender, analizar y deducir
de la vida de nuestros grandes hombres, la lección de energía, de valor y de
compromiso que les permitió llevar hasta el
fin la titánica tarea que se propusieron".
"De la oratoria vacua
y empenachada de romanticismo que cansó
Venezuela hace mucho tiempo. Del bolivarianismo vacío y sin proyecciones sociales también. Por eso, uno
de nuestros grandes poetas y tribunos,
Andrés Eloy Blanco, llegó a afirmar en alguno de sus poemas que “ya
tenemos cien años alabando a lo muertos sin recordar que nuestra América
necesita vivir”.
Ello nos obliga cuando pensamos en el Libertador y
hablamos en la casa donde su presencia física dejó quemante huella. A apartar
la rutina de las frases hechas y preguntar qué fue Bolívar,
lo cual equivale a preguntarnos qué fue la
independencia de América".
En representación del
gobernador Pedro Battistini Castro la inauguró el Secretario de Gobierno Pedro
Bertrán acompañado del Presidente de la Legislatura
Roger González, el
Presidente Municipal Ángel Malpica, Arzobispo
Crisanto Mata Cova, quien bendijo la casa; doctor Carlos Felice Cardot, de la Academia Nacional
de la Historia
y doctor Rafael Rojas, por la Sociedad
Bolivariana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario