Ascensión
Farreras, “Ilustre prócer de la independencia americana”, tenía en el centro de
Ciudad Bolívar una plaza con su nombre, construida a comienzo del siglo veinte,
pero que el 21 de enero de 1988 fue arrasada, incluyendo sus onces árboles,
para darle paso a un estacionamiento, ahora convertido en lavadero y rodeado de
buhoneros.
A los reclamos de la ciudadanía, la
Oficina Técnica del casco urbano y Mindur, responsabilizaron al gobernador Pablo Gamboa Rivero, quien contra viento y
marea sostuvo la orden de derribar los árboles para convertir la plaza en
estacionamiento público no obstante uno cercano para 200 vehículos, construido
por el ex gobernador Edgar Vallée Vallée.
La arquitecta Elisa Rodríguez Landaeta,
de Mindur, se opuso a la eliminación de esos árboles toda vez que el diseño de
intervención de la Plaza, aprobado por su oficina los preservaba, pero la
terquedad del señor gobernador pudo más y se hizo de tal forma que la
ciudadanía no se dio cuenta a tiempo para evitarlo.
La funcionaria de Mindur expresó en esa
oportunidad que el grave error podía enmendarse reforestando la plaza sin
evitar que estacionen los autos, pero la ciudadanía opinaba que la enmienda
debía ir más allá impidiendo definitivamente el parqueo de vehículos. Los más
afectados sentimentalmente parecían los hermanos González, de la Licorería El
Sordo, dada su contemporaneidad con la plaza.
Por su parte, Diógenes Troncone Sánchez, muy indignado, expresó que lo
ocurrido con la plaza Farreras es el colmo de la ignorancia y aunque el
ciudadano común se exprima el seso, no encontrará una explicación sensata a la
destrucción de uno de los pocos espacios
verde del centro de la ciudad, además de ser monumento público que honraba a un
soldado de nuestra independencia como lo fue el General Ascensión Farreras.
Ascensión Farreras era un angostureño, hijo de esclavos, que se enroló en el
ejército libertador y participó en varias de las acciones militares que se
liberaron desde el Orinoco hasta el Perú.
Don Félix Farreras, el primer abogado
que tuvo la ciudad, adquirió dos negros procedentes del Esequibo, de nombres
Melchor Ambrosio y Juana Nepomucema y por consentimiento de ambos hizo que el
Cura parroquial Fray José Moreno los casara el 16 de agosto de 1770.
De esa unión nació Ascensión Farreras
diez años después (1780), adoptando el apellido de los amos de sus padres. Los
hermanos Félix y Matías Farreras fueron miembros de la junta Provincial que en
Guayana siguió el ejemplo de la Junta Suprema de Caracas para gobernar en
nombre de Fernando VII. Gobernaba entonces Felipe Iniciarte y al renunciar, el
doctor Félix Farreras fue designado Intendente de la Provincia y su hermano
Matías jefe de la guarnición con el rango de coronel. La junta apenas duró 23 días,
al cabo de los cuales se disolvió para reconocer al Concejo de la Regencia como
único y legítimo representante de Fernando. Farreras, no obstante, quedó
encargado del gobierno hasta 1815 y persiguió a los angostureños que se
manifestaron a favor de la junta suprema de caracas.
El poder político de los Farreras
facilitó el ingreso de Ascensión Farreras a la Guarnición de la provincia que
para entonces contaba con 350 plazas.
Farreras
comandaba dos Flecheras realistas durante la conquista de Guayana y tal como
posteriormente lo hiciera su paisano Tomás de Heres en el sur con el Batallón
Numancia, se pasó con ellas al bando patriota, reforzando así las escasas
unidades de las Fuerzas Sutiles del Orinoco comandadas por el Capitán
margariteño Antonio Díaz. Dentro del Ejército patriota hizo carrera militar
llegando a participar en la campaña del sur.
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