El
Tigre (Felix onca) el Cunaguaro (Felix tigrina), el Puma (Puma oncolor) y hasta
el gato de monte (herpailurus yaguarondi), habitantes de la extensa selva de
Guayana, corren el peligro de extinguirse dentro de pocos años de continuar la persecución de cazadores
profesionales y propietarios de fincas, alertaba el doctor Eduardo Jahn en
agosto de 1975 cuando presentó su proyecto para un Museo de Ciencias en Ciudad
Bolívar.
Y era que frecuentemente llegaban
quejas de los conservacionistas expresando
temor de que el tigre de la selva guayanesa y su parentela
desaparecieran si no se acudía en su ayuda y si la División de Fauna no tomaba
medidas más cuidadosas y severas contra los cazadores de felinos.
Para evitar una declinación mayor del
número de tigres, el Gobierno Nacional decretó veda total, pero ésta nunca se
ha cumplido, pues los dueños de fincas no sólo se limitan a matar los tigres
cebados que amenazan el ganado sino que
lo buscan y eliminan como medida preventiva.
En la primera mitad del siglo veinte,
los felinos de Guayana campeaban por todas partes, pero ahora difícilmente se
ve tigre alguno en la selva. La
población ha sido diezmada por los cazadores deportivos y de oficio que los exhiben
después de muertos como grandes trofeos de audacia y valentía y también por lo
que significan desde el punto de vista económico pues su piel demanda un alto
precio en el mercado de la curtiembre. . Un abrigo de piel de tigre se compra
en el extranjero hasta por 3 mil dólares.
Pero son los dueños de fincas los más
responsables pues cuidan más su ganado del tigre que de las culebras y las
epizootias. El comentario general es que
el tigre de Guayana se acaba porque su reproducción es lenta e intensa su persecución
En la actualidad, el mayor enemigo del
tigre es el ser humano. La caza ilegal
para la obtención de la piel y la destrucción de su habitat han
reducido de forma considerable la población salvaje del tigre.
El riesgo de
extinción de este felino no sólo se siente en Venezuela y particularmente en
Guayana, si no en todo el mundo. Se
estima que en el año 1900 existían alrededor de 100.000 tigres en estado
salvaje. Recientemente se calcula que la población salvaje del tigre consta de
unos 3.000 ejemplare, mientras que en cautividad se estima que existen
aproximadamente 20.000.
Debido a que la
evolución del tigre sigue siendo confusa, no se sabe mucho sobre su expediente
fósil. Los restos más antiguos del tigre hasta ahora conocidos fueron
encontrados en China y Java, y datan de aproximadamente dos millones de años
atrás. Los restos más antiguos de tigres verdaderos provienen de Java, y tienen
entre 1,6 y 1,8 millones de años de antigüedad.
Los casos de
tigres que han incluido al hombre en su dieta no son infrecuentes, aunque
posiblemente éstos hayan sido muy exagerados.
Las razones que llevan a un tigre a adoptar esta conducta son las mismas
que la de los leones, y pueden ser la senectud del depredador, la defensa de
cachorros durante la época de cría o simplemente la comodidad por presas
fáciles y abundantes, como son los niños y jóvenes de las aldeas. El tigre de
Bengala es el que tiene la peor reputación, siendo algunos ejemplares
tristemente célebres, como el tigre de Champawat, causante de la muerte de 430
personas y que fue finalmente abatido por el cazador y naturalista Jim
Cobert. Al observar su deteriorada dentadura, pudo inferir que el tigre
había perdido sus facultades para la caza normal.
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