Así como los abogados tienen a San Ivo
como patrono; los médicos a San Lucas y los ingenieros a Santo Domingo de la
Calzada, los periodistas tienen a San Francisco de Sales.
Exactamente, San Francisco de Sales, es el patrono o santo
protector de los comunicadores sociales y pocos son los que lo saben. Lo digo porque no obstante que el Día del
Periodista siempre se inicia con una misa en la Catedral, no recuerdo que alguna
vez, sacerdotes o comunicadores, hayan invocado el nombre de ese Santo, también
patrono de la Familia Salesiana,
fundada por San Juan Bosco, santo casualmente del cual fui devoto cuando niño
por conculcación del catalán Padre Agustín Tenías, párroco de La Asunción en
Margarita, del cual fui monaguillo cuando estudiaba cuarto grado en la
“Francisco Esteban Gómez” dirigida por otro catalán de apellido Pibernat.
San Francisco de Sales era francés
nacido en Saboya el 21 de agosto de 1567 y fallecido en Lyon el 28 de
diciembre de 1622. Estudió en
Paris con los jesuitas. Deseaba ser sacerdote, pero se lo ocultó a su padre;
sólo su madre y amigos íntimos lo sabían. Al terminar de estudiar, un
acontecimiento ayudó a su ordenación: el canónigo de Sales, ayudado por el
obispo Granier de Ginebra, hablaron con el Papa, quien lo nombró deán del
capítulo de Ginebra. El nombramiento llegó de sorpresa para su padre, quien
aceptó la ordenación. A partir de ese momento, ejerció el sacerdocio brillando
con una personalidad alegre, paciente y optimista.
En 1594, fue hacia la zona de
Chablais dominada por calvinistas. En un inicio fue echado por los
pobladores y tuvo que pasar temporadas viviendo en la intemperie y de manera
rudimentaria, evitando dos intentos de asesinato e incluso ataques de lobos,
pero su celo y trabajo empezaron a dar fruto. Debido a su carácter amable y
paciente y a una propaganda hecha a mano y distribuida casa por casa, profunda
en su contenido, refutando las ideas calvinistas, logró cautivar a los
pobladores y convertirlos. Francisco de
Sales resumió su labor a Juan de Chantal con esta frase: “Yo he repetido con frecuencia que la mejor
manera de predicar a los herejes es el amor, aun sin decir una sola palabra de
refutación contra sus doctrinas”.
Su labor quedó manifestada con la
visita del obispo Granier cuatro años más tarde cuando fue recibido por gran
número de católicos, hecho que antes hubiera sido imposible. Los escritos de
los que se sirvió fueron los que hicieron su primer libro de "Controversias"
y revelaron el carácter de escritor de Francisco.
En 1602 el obispo Granier murió
y Francisco tomó su lugar. Su estilo de vida y carácter cobraron mayor fama ya
que se reveló como un gran organizador de su diócesis.
Cuando se cumplieron cuatro siglos
de su nacimiento, Pablo Sexto lo proclamó como una de las mayores personalidades de la Iglesia y de la Historia. Es el protector de los periodistas. El Santo que podemos llamar "ecuménico", que escribió "Las Controversias" para razonar clara y amablemente con los calvinistas de su tiempo y fue el
maestro del espíritu que enseña la
perfección cristiana para todos los
estados de la vida. "Fue bajo estos aspectos un precursor del Concilio Ecuménico Vaticano II. Estos grandes ideales son todavía de actualidad y
nosotros dirigiendo nuestro pensamiento a los periodistas especialmente, elevaremos
oraciones a fin de que estos ideales encuentren por nuestra parte el interés que merecen y obtengan del Santo en el cielo y de la Virgen, de la que él fue devoto,
válida promoción".
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