Los Yanomamis, tan
mencionados a raíz de una supuesta hecatombe causada por los garimpeiros
brasileros a espaldas de los custodios de la frontera venezolana, fueron, inicialmente conocidos como waika
(o guaica), guaharibos, shamatari, shiriana, antes de que fuera usada su propia auto-denominación
de "yanomami" que significa "somos gente o seres humanos".
Los
Yanomamis, se hallan divididos desde un
punto de vista lingüístico, en cuatro subgrupos: los yanomami, que viven
esencialmente en el Estado Amazonas; los yanomami, asentados en el Brasil; los sanema
y los yanam, que se encuentran al norte del Estado Bolívar y que se
distribuyen de ambos lados de la frontera entre Venezuela y Brasil. Juntos
constituyen la familia lingüística yanomami.
Loa
indios Waicas o yanomami, según su mitología, se consideran hijo de la
Luna. En el principio del mundo unos
seres misteriosos, tal vez semidioses, en su creencia de que la Luna era un
enorme lago de sangre, la flecharon y al caer gotas sobre la tierra se
convirtieron en indios Waicas.
La
mitología contenida en el libro “Los Hijos de la Luna”, editado en
Suiza en octubre de 1966, fue escrito por el antropólogo padre jesuita Daniel de Barandiarán, y traducido en los
idiomas español, alemán, inglés y francés.
Los
indígenas viven en churuatas que son como una reproducción del cosmos. Viviendas
cuya base es cilíndrica y su parte superior de forma cónica como el
cielo. Estas churuatas son fabricadas
con recursos naturales del medio mediante un rito especial y son viviendas
propias de los Yekwanas o maquiritares que se las llevan muy bien con los
indios Waicas, no así con los Sanema a quienes humillan y tratan como esclavos.
El
Padre Daniel, antropólogo de la Sociedad de Ciencias Naturales de La Salle, es el fundador de Santa
María de Erebato y durante largo tiempo se familiarizó con unos dos mil
indígenas Yekwana y Waicas en la región del Alto Caura, entre el Estado
Amazonas y la frontera con Brasil, dos horas y media en avión de Ciudad
Bolívar. Estuvo quince años en la selva realizando estudios sobre los Yekwana,
Waicas y otras comunidades.
Santa
María de Erebato, fundado con la cooperación del Gobierno Nacional, comenzó a
construirse en diciembre de 1958 y se halla situada a la orilla izquierda del
río Erebato, sobre un declive de terreno ganado a la selva circundante por el
esfuerzo de los indios Yekwana y Shirishanas.
Cuenta con una pista de aterrizaje para aviones DC·3 y tiene una
estación de Meteorología y de Radio. El
clima es magnífico, con 24 grados media anual y una altitud de 600 metros sobre
el nivel del mar.
En Guayana y Amazonas se cree viven unos diez mil indios
de la familia yanomami distribuidos en la región del alto Orinoco, el Ventuari,
el Caura y el Paragua. No se ha
establecido con certeza la filiación de su lengua; aparentemente es con la
lengua chibcha y Caribe.
Para obtener los frutos de su alimentación usan la tala y
quema y cultivan el plátano como base alimenticia; hacen la recolección de
frutos silvestres.
La caza es complementaria; y la pesca también, aún en grado menor.
Tienen pocos útiles, porque es un grupo esencialmente terrestre que se desplaza mucho en la selva.
La caza es complementaria; y la pesca también, aún en grado menor.
Tienen pocos útiles, porque es un grupo esencialmente terrestre que se desplaza mucho en la selva.
Además de “Los Hijos de la Luna” del padre Barandarián, existió una novela con
el mismo nombre de la escritora hispana Pilar Navarre, ambientada en Barcelona (España), ciudad donde transcurre la historia de un matrimonio
acomodado: Elena, arquitecta-escenógrafa catalana y Jesús, biólogo aragonés que
dirige un proyecto de investigación relacionado con los últimos avances en
genética.
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