La tortuga de la fauna orinoquense es una especie en vías de extinción debido a la explotación intensiva e irracional de que ha sido objeto, expuso en una conferencia el doctor Alonso Gomero, decano de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela.
La conferencia la dictó el científico venezolano en el auditorio del Liceo Peñalver el 16 de abril de 1967, en la noche, con motivo del trigésimo aniversario de esa institución educativa.
El catedrático universitario comenzó hablando sobre la conservación de la fauna y terminó tratando a fondo el tema de la tortuga “arrau” del Orinoco, complementado con una interesante proyección cinematográfica en colores, que recoge la actividad de cinco años llevada a cabo por el cuerpo científico de la universidad sobre el estudio de la vida general de dicha especie y los constantes riesgos que hacen expeditiva su extinción en el tiempo. La cinta fue filmada en los arenales marginales del Orinoco, entre Caicara y Puerto Páez, lugares a donde migran las tortugas para efectuar su desove.
La tortuga “arrau” es una especie de ganado fluvial cuya carne es muy solicitada, pesa un promedio de 30 kilos. Durante la travesía de Humboldt abundaba en cantidades fabulosas, pero ha venido desapareciendo paulatinamente debido al acecho constante de sus enemigos que lo han sido el hombre, las aves de rapiña y los peces grandes del Orinoco como la baba y el “cajaro”.
Según el doctor Gomero, la garantía de la conservación de la tortuga son los huevos, pero al ponerlos es cuando afrontan el peligro de ser cazadas en la playa por los explotadores del negocio que las voltean boca arriba y se las llevan, y no satisfechos con ello sustraen los huevos enterrados. Otro tanto hacen el caricare, los gavanes, los garzones-soldados, el zamuro y otras aves de rapiña que desentierran y devoran los huevos y se comen las tortuguillas cuando al romperse la cáscara del huevo se dirigen al agua. Esto es lo que se llama “el paso de la muerte” y sólo tres por ciento de las tortuguillas suelen salvarse.
Ante esta acometida del hombre, de las aves de rapiña y los peces grandes, la especie disminuye constantemente y tiende a desaparecer -explicó el conferencista-agregando que los seis años de veda impuestos por el Ministerio de Agricultura y Cría para salvar y equilibrar la producción de la tortuga “arrau” no bastan y que la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela propuso diez años más de veda adicionada con una operación de rescate de las tortuguillas durante ese mismo lapso.
Dada esta realidad, el Ministerio del Ambiente y Recursos Naturales puso en práctica un programa en 1992 al cual se unió posteriormente, 1994, la Fundación para el Desarrollo de las Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales, Fudeci, que en el curso de 13 años llegó a liberar unas 15 mil tortuguillas de un año de edad, lo que elevó el total de animales liberados a 220.000 en 13 años de trabajo continuo.
La tortuga arrau, también conocida como tortuga del Orinoco, es el quelonio fluvial más grande de nuestros ríos, las hembras adultas alcanzan tamaños de 60 a 70 centímetros y un peso entre 15 y 33 kilos. Su distribución natural está a lo largo de las cuencas de los ríos Orinoco y Amazonas. La especie se encuentra en Brasil, Bolivia, Colombia, Perú y Venezuela.
Este quelonio es una de las pocas especies del país de la que se tienen datos de su tamaño poblacional a lo largo de casi 200 años.
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