A
fines de enero de 1986, el Gobierno del Estado Bolívar suscribió con el
Instituto Iberoamericano de España, un convenio por medio del cual ambas partes
se comprometieron a realizar un estudio que permitiría organizar, ejecutar,
restaurar y revitalizar el casco histórico de Ciudad Bolívar.
La arquitecta María Luisa Cerrillos (en
la foto), quien coordinaba y dirigía técnicamente los proyectos de
revitalización urbana en varias ciudades coloniales de América Latina, se
entrevistó con el Gobernador Edgar Vallée Vallée y el doctor Armando Rojas,
presidente de la Junta Nacional del Patrimonio Histórico y Artístico de la
Nación, a fin de iniciar inmediatamente los trabajos.
Estudios similares ya se habían hecho
en las ciudades de Cuenca (Ecuador) y Veracruz (México). Ahora se iniciaban los de la capital
bolivarense que es una ciudad cuyos valores históricos y artísticos eran
desconocidos por el Instituto Iberoamericano y de los cuales la arquitecto
estaba sumamente impresionada.
“El casco de Ciudad Bolívar me pareció
un centro histórico con una localización increíblemente hermosa, un conjunto
urbano muy homogéneo, tranquilo, armónico y muchas zonas de la ciudad con
visuales y posiciones geográficas inimaginables”.
En este trabajo de cooperación, España
aportó el 50 por ciento del costo de los estudios y el otro 50 la Gobernación
del Estado Bolívar. . María Luisa
Cerrillo, quien había participado en el trabajo técnico del centro histórico de
Salamanca, uno de los más importantes de España por el número de edificios
singulares que encierra en un perímetro pequeño, dirigió los estudios en Ciudad
Bolívar con un equipo en el que trabajaron cuatro arquitectos urbanistas
especializados, un historiador, un geólogo y dos dibujantes.
Se estimaba entonces que este estudio
podía tener una proyección internacional, mucho más de lo que se conoce y fue
por ello presentado en la Exposición Internacional de España realizada en
Sevilla en 1992, cuando se cumplieron 500 años del descubrimiento de América.
El convenio abarcó un área de 16,12
hectáreas con 1.208 edificaciones habitadas por 4.844 personas, conformando una
estructura original con tres áreas
características cuya morfología responde a tres realidades diferenciadas: área
plana desarrollada en retícula sobre dos calles paralelas a las riberas del río
Orinoco: Edificaciones de galerías , con una arquitectura porticada a dos
niveles, con galería superior y clarísima influencia antillana.
Área de la colina, consolidada sobre el
cerro “El Vigía”: zona residencial con
edificaciones de una planta y una
arquitectura de fuerte influencia española.
El Zanjón, área natural de más de 5
hectáreas, con formaciones rocosas espectaculares entremezclada con árboles
autóctonos de gran tamaño.
Un
equipo técnico elaboró varios proyectos de intervención del Casco Histíco en
función de su revitalización integral amparados por una Ordenanza espcífica.
Entre ellos, el proyeco de El
Mirador» de Angostura en el Paseo Orinoco. Regeneración como área libre de uso público de una zona que, hasta el momento, se encontraba invadida
y sucia.
Comedor Social.
Revitalización de la antigua casa de los tribunales, magníficamente comunicada
y salvada de la demolición.
«El Zanjón». área
natural que sería recuperada para su uso como parque urbano eliminando las
chabolas que lo invadían hasta el momento.
Viviendas
sociales. Construcción, en las proximidades de la Escalinata, de viviendas que
se adecúen a la morfología de la zona y en las que se realojen las familias que
hayan abandonado las chabolas de El Zanjón.
Otras
intervenciones estuvieron circunscritas a la Plaza Miranda, revitalización de
la prefectura-Policía (El Capitolio) como Teatro Municipal, Casa de las Doce
Ventanas, para sede del Rectorado de la Universidad de Guayana, la Biblioteca
Rómulo Gallegos, Hospital de Niños y Galerías del Paseo Orinoco.
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