El general Vicencio Pérez Soto, a quien vemos tan elegante en la gráfica, cambiaba su personalidad cuando tenía copas demás como lo demuestran algunas singularidades siendo presidente del estado Bolívar entre 1921 y 1923, según cuentan o contaron quienes vivieron esa época. Con decir que cuando vino de Apure donde desempeñó la gobernación, los bolivarenses como de costumbre, le tributaron un gran recibimiento que culminó con una fiesta bailable en el Club de Comercio, también llamado de los alemanes, pues fueron ellos quienes lo fundaron bajo la tutela dominante de la mercantil Casa Blohm.
Esa fiesta, adonde asistió la gente chic de Ciudad Bolívar, no quiso Pérez Soto que terminara sino hasta la luz del alba para lo cual ordenó cerrar las puertas del club. Al amanecer abandonó el lugar y caminó con su corte hasta el mercado a la orilla del río. Por donde iba pasando tumbaba los azafates con arepas y empanadas diciendo“cobren que Pérez Soto paga”. Finalmente, sin despojarse de su etiqueta se zambulló en el Orinoco obligando a su séquito hacer lo mismo.
En un fin de semana cuando el gremio de ganaderos le ofreció una ternera, incitó a los hombres a su alrededor a tomar la guasacaca sin la carne para probar su resistencia y hombría.
Pérez Soto oriundo de El Tocuyo, donde nació el 24 de julio de 1883, justo aniversario centésimo del Libertador, a lo mejor, por eso, Juan Vicente Gómez, lo tenía entre sus favoritos a la hora de sustituir a presidentes de Estado. Lo fue no sólo de Apure y Bolívar, sino también, de Táchira, Lara y Zulia donde borracho se sumó a un desfile de Carnaval, con una bacinilla en la cabeza que iba como timbal tocando con dos palitos.
Pérez Soto era un gomecista empedernido y se hizo nacionalmente famoso por la consigna “Viva Gómez y adelante” que hizo cincelar en una de las hermosas piedras empinadas al lado de la escalinata de estilo romano de la calle Carabobo de Ciudad Bolívar y que a la caída de Gómez desfiguró el entonces joven Juan Sutherland.
Pérez Soto, a pesar de su doblaje por efectos del alcohol, era hombre culto, hijo de un ilustre abogado del Tocuyo, ciudad de donde se trajo a su amigo el coronel Felipe Rodríguez, futuro padre de la poeta Mimina Rodríguez Lezama junto con Flor Lezama, la que entonces era novia de Manuel Torres, hijo de Marcelino Torres, a quien sustituyó en la Presidencia del Estado y después le hizo montar una obra satírica (El asesinato de los morrocoyes) en el Teatro Bolívar que aludía a un desafuero cometido por el gobernante bolivarense cuando ejercía el poder.
A raíz de la caída del dictador Juan Vicente Gómez, el general Vicencio Pérez Soto cayó en desgracia y se vio impelido a residenciarse en Costa Rica hasta el ascenso al poder del general Isaías Medina Angarita. En esa ocasión, fue nombrado miembro de la Junta de Caracas para la celebración de los cuatrocientos años de El Tocuyo en el año 1943, al lado de los doctores Ambrosio Perera, Antonio Alamo, Antonio Manzano, Beltrán Perdomo Hurtado, Pastor Oropeza. Allí propone asumir la reconstrucción del viejo templo de Santa Ana y escribe Anecdotario Tocuyano.
El golpe del 18 de octubre de 1945 lo aborta de nuevo al exilio. Sus bienes fueron confiscados por el Tribunal de Responsabilidad Civil y Administrativa, pero los recuperó cuando la Junta Militar de 1948, presida por Delgado Chalbaud tomó el poder. Vicencio Pérez Soto había regresado para morir el 18 de noviembre de 1955 en Caracas
Me párese que tiene mucho sarcasmo lo que usted señala como singularidad del general Pérez Soto Vicencio...
ResponderEliminarHay una anécdota que oí sobre cuando el general Pérez Soto gobernó a Bolívar la plaza del mismo nombre de la ciudad capital frecuentemente era usada como baño público por lo que dictó un decreto que obligaba a los infractores a ingerir sus propios desechos logrando convertir esta plaza en la más pulcra de Venezuela, ¿que hay de cierto sobre esto?
EliminarHay una anécdota que oí sobre cuando el general Pérez Soto gobernó a Bolívar la plaza del mismo nombre de la ciudad capital frecuentemente era usada como baño público por lo que dictó un decreto que obligaba a los infractores a ingerir sus propios desechos logrando convertir esta plaza en la más pulcra de Venezuela, ¿que hay de cierto sobre esto?
ResponderEliminarNo lo creo!
ResponderEliminarPienso que todo eso es solamente fabulas!
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