Si
bien en 1971, la imagen de la televisión no entraba en el Estado Bolívar de
manera permanente y sostenida, había familias que se las ingeniaban a través de antenas individuales fabricadas a
propósito para atraerla desde el centro y en julio de 1969 fueron numerosos los
bolivarenses que vieron a través de la pantalla chica el alunizaje del Apolo XI y la posterior
caminata lunar de Neil Amstrong y Edwin Aldrich, gracias a Radio Caracas Televisión
que logró por tiempo limitado una estación rastreadora de satélites en los
Estados Unidos y la instaló temporalmente en las vecindades de Maracaibo para
cubrir a ciudades importantes de Venezuela. También, Radio Caracas Televisión
había traído al país los primeros equipos
de video-tape y transmitido, a control remoto la inauguración del Puente Rafael
Urdaneta sobre el Lago de Maracaibo en 1964.
En 1974, a través del Canal de
Emergencia de la CANTV, cedido temporalmente, Radio Caracas Televisión, volvió
a complacer a la teleaudiencia nacional, incluido el Estado Bolívar, haciendo
posible la transmisión con amplísima cobertura de la Copa Mundial de Fútbol que
al final ganó Alemania (RF) ante el sensacional equipo neerlandés y su astro Johan Cruyff. Entonces el canal ocho
tenía planes completos para cubrir toda la región Guayana incluyendo toda la
zona fronteriza con Brasil, pero antes de que esto ocurriese, Radio Caracas
Televisión instaló dos circuitos cerrados: uno en Ciudad Bolívar y otro en
Ciudad Guayana.
Pero los programas de Radio Caracas
Televisión no llegaban directamente desde su planta central sino de manera
diferida. La planta transmisora del circuito cerrado había sido instalada en
una cuesta de la calle Las Mercedes de Ciudad Bolívar con una prolongada antena
de cuatro vientos. Los programas de TV se transmitían con una semana de
retraso, desde las 4:00 de la tarde hasta las 11:00 de la noche. El encargado
de toda esta operación era el colega Marcos Dinelli (en la foto cuando fuimos a
Canaima a hacer un reportaje para RCTV. Ambos nos graduamos juntos en la
Escuela de Comunicación Social de la UCV).
Marcos Dinelli, de una amplia experiencia de linotipia y tipografía
heredada de su padre, de origen italiano,
dueño de una Editorial en Barquisimeto trabajaba conmigo cuando yo era
director de El Bolivarense y al mismo tiempo Corresponsal de El Nacional. Él se conectó desde entonces a Radio Caracas
Televisión, llegando a ser su camarógrafo y reportero estrella en provincia
durante más de veinte años. Junto con él
como camarógrafo y yo como periodista realizamos varios trabajos para RCTV
sobre Guasina, Canaima y Minas de Diamantes.
Marcos Dinelli se distinguió siempre en
la cobertura de los accidentes aeronáuticos.
Recuerdo que una vez, atento a la
emergencia de un DC-3 al que no le salía el tren de aterrizaje, se sentó atrás
en la ambulancia que había sido dispuesta junto con el Carro-Bomba del Cuerpo
de Bomberos Aeronáuticos, para auxiliar al avión tan pronto su piloto lo
aterrizara de barriga. En efecto, tan pronto aterrizó, la ambulancia salió
disparada hacia la pista y Dinelli que veía perdido el ángulo visual de su
objetivo, se lanzó asido a la cámara y dio varias vueltas sobre el pajonal
resultando con traumatismo y una herida en la frente. Los ocupantes del avión,
no obstante lo aparatoso del aterrizaje, salieron ilesos, pero el piloto
extrañado de ver a Dinelli herido, prorrumpió:”No, que va, este pasajero no es
mió”.
Le gustaba la lectura y el vino.
Me buscaba para que lo ayudase a cubrir eventos culturales y solía
recitarme a Maiakovski, poeta ruso que se suicidó cuando sintió que no había hombre libre en el
socialismo.
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