El
17 de julio de 1974, los habitantes de
El Callao, agradecidos de Juvenal Herrera, por su extraordinaria consecuencia
con la patria chica, erigieron un Parque, cercado con vistosas piedras de
cuarzo y lo bautizaron con su nombre.
El Parque cuenta con una hilera de
frondosos árboles y es lugar de recreación y recogimiento de grandes y
chicos. Un bello gesto, un hermoso
homenaje en vida a quien tendría irremisiblemente que morir como todos algún
día que en su caso ocurrió al iniciarse el Carnaval de El Callao en febrero de
1991 del que nunca se perdía un solo día.
Nació y murió en El Callao donde
también quedó enterrado su ombligo, pero lo inhumaron en el Cementerio de los
alemanes en Ciudad Bolívar porque su esposa Nora Wulf, quien fue Reina de la
III Feria Agropecuaria, descendía de germanos.
El sepelio estuvo encabezado por Leopoldo Sucre Figarella hasta que le
vertieron la última palada de tierra porque los dos eran como uña y carne desde
su época de estudiantes en el Fermín Toro de Caracas, ciudad donde se quedó
haciendo vida de periodista y finalmente de publicista y, cineasta junto con
Manuel de Pedro en su empresa de Cochano Film que ya tenía quince
años rodando por Venezuela.
Con Cochano Film, editó “El
extranjero que danza”, “Trampas”, “Buscadores de diamantes”, “Caroní”,
“Ritmos”, “Cruz Diez”, “El artes constructivo”,
“Gómez y su época”, “La iniciación de un Chamán”, filmes con los
cuales ganó ocho premios en 1987 en el Festival de Cine de Mérida.
Pero la gran pasión de Juvenal fue El Callao y su
inquietud porque el oro no
tenga el destino de otras materias primas que se van de Venezuela cantando la canción del que no vuelve
como alguna vez dijo Miguel Otero Silva refiriéndose al hierro de Guayana. Miguel Otero su amigo del alma y quien una
vez le gastó su humor con seis cuartetos
que comenzaban con esta estrofa: “Llegó
de Etiqueta Negra / Montando en Caballo Blanco / con un ratón de Tres Filos / y de Chivas ataviado /. Juvenal
Herrera (en la foto), fallecido durante los carnavales de El Callao, 10 de
febrero de 1991, me regaló trece días antes de su muerte, el último libro de
Arturo Uslar Pietri, “La visita en el tiempo” con la
dedicatoria “Para Américo Fernández, el piache de Coche, con el afecto de Juvenal
Herrera, Enero 1991” .
No sé por qué siempre me imaginé fue éste un obsequio
de despedida en la ocasión premonitoria de su viaje hacia la ultimidad, tanto
por lo que le aconteció inmediatamente después como por el título sugerente del
libro.
Casualmente, también el autor de la obra murió en
febrero y en tiempo de carnaval. “La
visita en el tiempo” fue ganadora en 1990 del Premio Príncipe de Asturias que
anualmente y desde 1981 entrega Su Alteza Real, en un solemne acto académico
que se celebra en Oviedo, capital del Principado de Asturias para contribuir a
la exaltación y promoción de cuantos valores científicos, culturales y
humanísticos son patrimonio universal.
Esta obra de Uslar Pietri es la historia novelada, de
Don Juan de Austria, quien en una empresa casi sobrenatural derrota el
invencible poderío turco en la batalla naval de Lepanto, donde, por cierto,
resultó manco Cervantes, autor de Don Quijote de la Mancha, la obra más genial
y vendida del mundo.
La promesa de este libro me la hizo sentados los dos
en la puerta de la Sastrería de su amigo Víctor Inojosa en la tradicional
despedida del año. Fuimos los último en
abandonar la recepción.
américo no se si el otro comentario se publicó. Soy Alfredo Stelling, estando con roberto arreaza en el entierro de Juvenal, caminé un poco por el Cementerio alema'n y vi cercana a la tumba del negro, una tumba donde está enterrado un Ancestro mío, creo que es Gerog stelling, el primer Stellinh que llegóa a Venezuela proveniente de su Hannover natal. Mi familia nada sabe de la existencia de esta tumba y muchomenos que hacía este Stelling en Ciudad Bolívar en esos 1800's sobre todo que si es Georg, este era o pertenecía al cuerpo consular de los piases bajos,tengo entendido.. No hay continuidad en la historia genealógica Stelling. Pudieses ayudarme en esta búsqueda. Por favor. Un abrazo y un gran saludo.
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