Humberto
Fernández (en la foto con su amigo el doctor José Luís Granatti), un bachiller
peñalveriano que intentó cursar derecho en la Universidad Central ,
pero quedó atrapado en el ámbito de la política que para entonces volaba alto
en alas de la democracia representativa inaugurada el 23 de enero de 1958 con
el Pacto de Punto Fijo.
Hubiera podido también el Indio
Fernández (así se llamaba también el actor y director de cine mexicano) ser
cantante con su recia voz de tenor que hacía vibrar los tabiques transparentes
de la cabina de Radio Bolívar, pero optó
por ser político desde la Vanguardia Juvenil Urredista junto con Germán
González Seguías, Marcial Rivas, Trino Ortiz, Albis Ferrer, Juan Fuenmayor,
Ramón Aray, Ernesto Alcalá y tanto otros jóvenes que debieron abandonar la
tolda, unos para hacerse guerrillero como Somoza, Comandante Montenegro, el
Comandante Green, y otros para hacerse rigurosos profesionales.
Humberto Fernández llegó a ser
dirigente nacional de Vanguardia Juvenil al igual que Germán González
Seguías. Ramón Aray dirigía
“Revolución”, un semanario multigrafiado que Marcial Rivas tuvo la audacia de
venderle un ejemplar al Presidente Leoni cuando visitaba Ciudad Bolívar llegando por el
Puerto de las Chalanas. El semanario
costaba medio real y Leoni pagó dos bolívares, no obstante las críticas del
periódico contra su gobierno. Por un
editorial que rozaba al Juez Juan de Dios Fernández, Ramón Aray estuvo preso hasta que “Piquito”
Miranda logró su libertad. Lo ingrato
fue que el editorial no lo había escrito él, pero era tan íntegro que jamás me denunció como verdadero autor.
El “Indio Mapuchi” (Francisco) criado
en la Pensión
de Doña Chepa era pregonero de “Revolución” y ayudaba a Fun Fun, al fotógrafo
de caja Raúl Ortega y a Pedro Collins pintando en silescreen los cartelones de
propaganda de URD, mientras Real Gómez y Lares Mata consumían el tiempo
filosofando sobre la vida y la muerte.
Para colmo Lares Mata terminó administrando una funeraria.
Pero el partido de Jóvito Villalba lo escindieron los
movimientos internos que forcejeaban por los controles de mando y Humberto
Fernández estuvo entre los expulsados junto con René Vhalis, Zoraida Malavé y
Palmira Alcalá, quien terminó en el PRIN casada con Antulio Moya La Rosa , y como no hay mal que
por bien no venga, en las elecciones de diciembre de 1968, Humberto Fernández
se hizo diputado de la
Asamblea Legislativa desde las filas del FDP y en noviembre de 1970, Presidente de la Asamblea Legislativa
y de la Comisión Delegada.
Esa vez estuvo a punto de ser
víctima del mismo morbo que había
escindido a su antiguo partido amarillo, pues la puja de los partidos políticos
por controlar la Asamblea Legislativa derivó
en dos Juntas Directivas: una presidida con los votos de AD y dos diputados
suplentes por el médico Juvenal Montes y la otra presidida por Humberto
Fernández, producto de la alianza de los diputados COPEI, MEP, FDP, Cruzada
Cívica y la ex urredista doctora Estela Cabrera, hija de Horacio Cabrera
Sifontes, quien fue senador por URD.
El Procurador del Estado era el poeta y abogado
Argenis Daza Guevara y atendiendo a una consulta dictaminó que las dos
directivas eran ilegales y que la
AL debía constituirse de nuevo apegados estrictamente los
diputados a la norma constitucional, por lo que
una vez aclarada la doble
diputación cuestionada del representante de la Cruzada , Leonardo Aponte,
el diputado Fernández se reafirmó como Presidente de la Legislatura del 70 y
entonces por la radio se oyó fuerte ya
no la voz del tenor sino del parlamentario que infortunadamente no vivió mucho
pues falleció aun sin madurar las uvas del tiempo. (AF)
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