Ha
197 años, se instaló en esta capital de
la entonces provincia de Guayana, el Congreso General de Venezuela o Segundo
Congreso Constituyente, connotado por la Historia como “Congreso de Angostura”
No obstante que su instalación había sido convocada y anunciada
para el primero de enero de acuerdo con el Reglamento Electoral, tuvo que ser
aplazada toda vez que no estaba presente el número suficiente de diputados
electos. Solo habían llegado los representantes de la provincia de Barcelona al
frente del General José Tadeo Monagas. El 6 de febrero se sumaron los representantes del Territorio de Caracas
a la cabeza del General Pedro Zaraza y los de
Guayana, provincia sede. El diferimiento se atribuía a las “distintas
dificultades en algunas comunicación y movimientos de tropas”.
Para el 13 de febrero ya se hallaban todos los
diputados y en consecuencia el Jefe Supremo dispuso la instalación para el
lunes 15 de febrero a las once de la mañana.
Salvas de artillería la Víspera y el propio día,
anunciaron con toda la solemnidad oficial del caso, la instalación del “Congreso General de Venezuela”.
Presentes desde las diez y media de la mañana del lunes 15 de febrero de 1819 estaban en el
salón principal del Palacio de Gobierno acondicionado para las sesiones, los
diputados de la provincia de Caracas Dr.
Juan Germán Roscio, Dr. Luis Tomás Peraza, Licenciado José de España, Sr.
Onofre Basalo y Licenciado Francisco Antonio Zea; de la provincia de Barcelona,
Coronel Francisco Parejo, Coronel P. Eduardo Hurtado, Licenciado Diego Bautista
Urbaneja, Lic. Ramón García Cádiz, Sr. Diego Antonio Alcalá; de la provincia de
Cumaná, General en Jefe Santiago Mariño, General de Brigada Tomás Montilla, Dr.
Juan Martines y sr. Diego Ballenilla, de la provincia de Barinas, sr. Nicolás
Pumar, Dr. Ramón Ignacio Méndez, coronel Miguel guerrero, General de División
Rafael Urdaneta y Dr. Antonio Maria Briceño. De la provincia de Guayana, Dr.
Eusebio Afanador, Sr. Juan Vicente Cardozo,
Intendente del Ejército; Fernando Peñalver y general de Brigada Pedro
León Torres; de la provincia de Margarita, Lic. Gaspar Marcano, Dr. Manuel Palacios,
Lic Domingo Alzuru y Sr. José de Jesús Guevara. Total 27 diputados. Faltaban
los 5 de Casanare y tres de Cumaná, Guayana y Margarita.
Igualmente se hallaba en la sala el Estado Mayor
General, el Gobernador de las Plaza y Comandante General de la Provincia, el
agente norteamericano Baptiste. Irvine, el señor James Hamilton en representación
de la colonia extranjera, el Sr. Provisor Gobernador del Obispado, Domingo
Pérez Hurtado, y numerosos ciudadanos.
Media hora luego y previo anuncio de tres cañonazos,
el Jefe Supremo, acompañado de la oficialidad, llego a las puertas del palacio
y todos los diputados salieron a recibirlo. Un numeroso destacamento que
ocupaba el frente, le hizo los honores militares.
El Jefe Supremo abrió la sesión con un discurso,
depositando su mando en la soberanía del Congreso, haciendo un análisis de los
sistemas de gobierno a la luz de la experiencia universal y concluyendo en la
necesidad de un régimen centralista basado en una nueva Constitución Nacional
cuyo proyecto dejo en manos del Congreso, alegando que era lo más adaptable a
la realidad del país.
De suerte que esta ciudad entonces llamada Angostura, se
erigió en la sede del segundo Congreso Constituyente de la República de
Venezuela, convocado por el Libertador después del fusilamiento del General
Manuel Piar y después de su fracasada
campaña del centro y atentado contra su vida.
En aquel célebre Congreso de 1819 el Jefe Supremo resignó su mandato en la soberanía de los
delegados del pueblo, esbozando para la patria en guerra una nueva Constitución
de corte centralista y una auténtica organización
política inspirada de manera ecléctica en la de otras naciones civilizadas del
mundo.
El propósito del Jefe Supremo era despertar la
confianza y atraer la simpatía de las naciones extranjeras que dudaban de las
ideas de los patriotas y al mismo tiempo echar las bases de una estructura
política que sirviese de apoyo a las futuras campañas que habrían de venir para
librar a Venezuela y el resto de la América del coloniaje peninsular.
Bolívar al finalizar su discurso declaró
instalado el Congreso reconociendo en él la
soberanía nacional al tiempo que exclamaba: "Mi espada y la de mis ínclitos compañeros de armas están siempre
pronto a sostener su augusta
autoridad. Viva el Congreso de Venezuela". A esta exclamación repetida por los asistentes, siguió una
salva de artillería.
Acto seguido el jefe Supremo invitó al Congreso a la elección de un
Presidente Interino para entregarle el mando. A viva voz los congresistas proclamaron al diputado por Caracas Francisco
Antonio Zea y Bolívar le tomó el juramento sobre los Santos Evangelios al igual
que a todos y cada uno de los diputados restantes. Concluido
el juramento, Bolívar cedió su asiento al Presidente Interino y
dirigiéndose al cuerpo militar dijo: "Señores Generales, Jefes y
Oficiales, mis compañeros de armas, nosotros somos más que simples ciudadanos
hasta que el Congreso soberano se digne emplearnos en la clase y grado que a
bien tenga. Contando con vuestra sumisión voy a darle en mi nombre y en el
vuestro las pruebas más claras de obediencia, entregándole el mando de que yo estaba encargado. Devuelvo a la República el
bastón de General que me confió. Para
servirla, cualquier grado o clase a que el Congreso me destine es para
mí honroso, en él daré el ejemplo de la subordinación y de la ciega obediencia
que deben distinguir a todo soldado de la República". (AF)
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