La vacuna contra el paludismo del
científico colombiano Manuel Elkin Patarrollo (en la foto), llegó a Guayana
(973) con el nombre de “camolar”, pero según el doctor
Francisco Vitanza, la prensa regional y nacional “ha pasado por alto o no le ha dado
importancia al ensayo que Sanidad y Malariología están llevando a cabo en toda
la región minera del Guaniamo al aplicar una inyección denominada
científicamente “Camolar” que inmuniza por tres meses contra el paludismo que
durante los últimos días ha tenido características epidémicas en el Estado
Bolívar”.
La “Camolar”
ha sido ensayada con resultados satisfactorios en importantes poblaciones del
África y también en Costa Rica.
Venezuela por primera vez adopta esta inyección para tratar de ponerle
freno a la temible malaria.
El
doctor Francisco Vitanza, expresó que la novedosa inyección está hecha con una
sustancia que impide que el parásito que causa la fiebre palúdica se
multiplique y llegue durante un proceso a eliminarlo por completo. La inyección, una vez aplicada, tiene efectos
por tres meses. Con ella se tiene la
esperanza de acabar con el paludismo en Guayana y su aplicación en los
principales focos, especialmente en la región diamantífera del Guaniamo, estará
aunada a la campaña intensiva antimalárica que el Ministerio de Sanidad y
Malariología, en colaboración con la Guardia Nacional
lleva adelante en el Estado.
Esta
vacuna contra la malaria ha sido descubierta por el científico colombiano, Manuel Elkin Patarroyo. Asimismo,
Patarrollo halló los principios químicos que permitirán crear vacunas
sintéticas para prevenir prácticamente las enfermedades infecciosas existentes
en el mundo.
Se trata de "un decálogo de principios, de reglas, que cuando se
aplican permiten producir vacunas contra las distintas enfermedades que existen
en el mundo, prácticamente 557 enfermedades infecciosas.
El científico halló estos principios, que evitarían a futuro millones de
muertes en el planeta, a partir del descubrimiento de su primera vacuna contra
la malaria, y desarrollar después el fármaco de segunda generación con
cobertura superior al 90 por ciento en ensayos con monos.
De esas 157 enfermedades, sólo quince tienen vacuna, motivo por el que
Patarroyo y su equipo de la Fundación Instituto de Inmunología de Colombia
(FIIC) afrontaron "el problema desde el punto de vista de la
química", un hito en la ciencia ya que las únicas existentes se desarrollaron
a partir de la biología.
El científico colombiano hizo exitosamente el intento
para crear una vacuna sintética contra la malaria, enfermedad transmitida por
mosquitos y que afecta millones de personas en regiones tropicales y
subtropicales de América, Asia y África. Una vez desarrollada esta vacuna, fue
evaluada en pruebas clínicas de la OMS (Organización Mundial de la Salud)
en Gambia, Tailandia y Tazania, sin resultados concluyentes.
Patarroyo es fundador y director de la Fundación Instituto de
Inmunología de Colombia (FIDC), asociada a la Universidad Nacional de Colombia en
Bogotá; director de la línea de investigación en Relación Estructura-Función en
la Búsqueda de Vacunas Sintéticas en el doctorado en Ciencias Biomédicas de
la Universidad del Rosario (Colombia); profesor de la misma universidad
así como del Centro Colaborador de la Organización Mundial de la Salud, para el
desarrollo de vacunas sintéticas contra la malaria, la tuberculosis y la lepra.
La vacuna sintética contra la malaria la oficializó entre 1986 y 1988 y la
vacuna sintética (SPF66) probada en una
colonia de monos de la región patazania, en los Aotus trivirgatus, y en
un grupo de jóvenes bachilleres voluntarios que prestaban su servicio militar.
En estudios a lo largo de Suramérica, incluyendo Venezuela se estimó que esta enfermedad
causa la muerte a 2500 mujeres sólo en Colombia.
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