En 1967 visité el depósito de la gobernación
del Estado llamado “La Granja”, y vi por casualidad en el rincón de uno de
compartimientos, la estatua pedestre del Generalísimo don Francisco de Miranda
y pregunté por qué ese estante heroico estaba allí en vez de estar en la plaza
de su nombre y ninguno de los presente supo responder.
Años después, en marzo de 1976,
volví a visitar el Depósito y me di cuenta que la estatua no se hallaba y la
nueva administración nada sabía. Al
siguiente día, puesto que era el Corresponsal de El Nacional, publiqué la
noticia con el siguiente titular destacado: “Desapareció en Ciudad Bolívar
estatua de bronce de Miranda”,
La información se contraía a lo
siguiente: La estatua de bronce del Generalísimo don Francisco de Miranda erigida aquí muchos años atrás en la parte más alta de la ciudad, desapareció y nadie sabe dónde está, quién la tiene o si habría sido sacada y vendida fuera de aquí como ocurrió con unas columnas toscanas arrancadas
del Paseo Orinoco y localizadas más tarde en Maracay por la Disip.
La desaparición
del bronce preocupa, especialmente al
estudiantado que cada año rinde
honores al precursor de nuestra
independencia con motivo del Día de la Bandera, el 12 de marzo. A falta del Generalísimo los actos con motivo del
Día de la Bandera se cumplen ante la estatua
de Bolívar.
Loisi Nouel de D'Lima,
presidenta del Instituto para Recreación y el Desarrollo Psíquico del Niño, dijo que el Día de la Bandera se juramentarán nuevas juntas directivas bolivarianas estudiantiles que serán
juramentadas por el historiador José Antonio Escalona Escalona.
A raíz de la
denuncia, el Gobernador Roberto Arreaza Constati ordenó una averiguación, según
la cual dicha estatua del Generalísimo Francisco de Miranda, adquirida para
colocarla en la Plaza de su nombre, fue donada a la Base de Palo Negro en Maracay,
sin que la Asamblea Legislativa y el pueblo de Ciudad Bolívar se percataran.
Al desparecer el bronce solamente quedó
la Plaza de su nombre y sobre la peana un busto del prócer Juan Bautista Dalla Costa. No obstante, la ciudadanía siguió denominando
“Miranda” esta bella plaza construida en tiempos de Cipriano Castro en la parte
más alta de la ciudad..
Cuando se denunció la desaparición de
la estatua, el cronista de la ciudad, José Sánchez Negrón, explicó que durante
la administración del fallecido Gobernador Luís Raúl Vásquez Zamora se fue de
Ciudad Bolívar la estatua del General Miranda, no obstante haber sido él uno de esos hombres
nobles y verticales que nacen rara vez, pero como todo ser humano tuvo sus
errores, muy pocos durante su mandato en
el Estado Bolívar, pero los tuvo porque nadie es infalible: Uno de ellos fue la reparación de la hermosa
Escalinata de la calle Carabobo que su inagotable y abultada generosidad le
concedió a un pequeño contratista, sin ninguna sensibilidad estética pero con
mucha necesidad económica para subsistir, con el siguiente desastre que todos
conocemos. El otro error fue de la
donación que hizo a la Base de Palo Negro de la estatua de Miranda.
La efigie del generalísimo se encontraba
depositada en la Granja del Estado cubierta de polvo y telaraña, y el
Gobernador Vázquez Zamora la cedió por petición de la Fuerza Aérea.
Pero todo esto es reparable, pues según
el Cronista, ningún Gobernador puede disponer de los bienes del Estado sin la
autorización de la Asamblea Legislativa y ya esto es más que suficiente para
que la donación sea anulada. Pero
ningún Gobernador se ha atrevido
ponerle el cascabel al gato.
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