miércoles, 14 de abril de 2021

ESCUELA DE MINERÍA DEL YURUARY

La Escuela de Geología y Minas de la Universidad de Oriente tiene en la Escuela de Minería del Yuruary un precedente digno de tomarse en cuenta a la hora de escribir la historia sobre la educación profesional en Guayana, referida a esta disciplina. Esta es una Escuela que tuvo su asiento en Guasipati a partir de 1893 hasta 1900, respondiendo a la visión que tuvo el doctor Miguel Emilio Palacio (en la foto) de la vocación y destino minero de la Región Guayana. Y la fundó precisamente cuando Venezuela protestaba ante el mundo contra la pretensión inglesa de extender su frontera colonial hasta más allá de la ribera occidental del Río Esequibo, donde la prospección minera arrojaba resultados sorprendentes. Por supuesto ue se dio por descontado el apoyo del Gobierno progresista de Joaquín Crespo, a quien el Yuruary con el Mocho Hernández y Domingo Sifontes a la cabeza respaldo cuando lideró la Revolución legalista. Asimismo, con el apoyo del Colegio Federal de Guayana elevado por el mismo Crespo a la categoría de Universidad y que, cosa extraña, nunca contó con una disciplina en este campo, no obstante, la condición floreciente de Guayana en la minería aurífera. Lo más próximo era la escuela a nivel técnico de agrimensores públicos que entre 1882 y 1901 graduó a 35 bachilleres. En un decreto de Cipriano Castro, del 11 de marzo de 1901, al reconsiderar el cierre de la Universidad, autoriza al Colegio Federal de Guayana para que abra la Escuela de Minas que tenía su antecedente en Guasipati de donde egresaron, entre muchos, Francisco Hermógenes Rivero, Luis Felipe Riobueno y Toribio Muñoz, quien ejerció interinamente la Gobernación del Estado Bolívar entre 1931 y1933. La Escuela de Minas de Guasipati fue la primera de su índole en el país y protagonista de esa empresa educacional fue Miguel Emilio Palacio, quien era doctor en ciencias exactas e ingeniero civil y de minas. Había estudiado y se graduó en Londres, luego pasó a prestar servicio a empresas foráneas que explotaban las minas de carbón, plata, cobre y salitre de Chile. En esa fría tierra sureña, por vía anglosajona, tuvo noticias de los ingentes yacimientos auríferos del Yuruary y hacia Guayana enfiló su destino un día de 1876 para prestar servicios profesionales como ingeniero-director, a las compañías Potosí y Chile que explotaban el oro de El Callao. Luego de diez y seis años laborando, acopiando información histórica, geológica, topográfica y levantando planos de prospección minera desde El Callao hasta el Cuyuní, decidió funundar la Escuela de Minería, a la que se entregó y en la que se empeñó incluso dictando textos producidos por él. Don Natalio Valery Agostini, quien fue amigo de Miguel Emilio Palacio y decía haberlo conocido cuando vivía en la calle Democracia No. 16 de Ciudad Bolívar. Exaltaba siempre sus conocimientos científicos y su calidad de docente como su apasionado amor por aquella tierra del Yuruari, a la que defendió contra las pretensiones inglesas. Miguel Emilio Palacio nació en Calabozo, el 19 de marzo de 1849. Hijo de Ramón Palacio y Trina Viso, ambos oriundos de Guanare, Hato “El Palaciero” de Majagual. Luego de su regreso de Londres, donde curso estudios y graduó de ingeniero civil y de minas, viajó a Chile, Argentina, Uruguay y Perú contratado por empresas mineras que utilizaban sus servicios profesionales. Del Perú retornó a Venezuela llamado por su primo y paisano Raimundo Andueza Palacios, Presidente de la República y desde entonces puso sus conocimientos y experiencias al servicio de la nación minera. Vivió 82 años y murió en Tumeremo, el 19 de abril de 1931, invidente, a causa de la explosión de gas en un túnel minero. (AF)

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