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martes, 6 de abril de 2021
EL INDIO POLAR Y EL TERRIBLE MANO ´ E GOMA
En el curso del decenio perezjimenista apareció en Ciudad Bolívar un indio de la Goajira venezolana con pinta de piel roja. Los guayaneses le calzaron el nombre de “Indio Polar” porque en cualquier evento público se veía vinculado a la popular cerveza que tiene como emblema el oso blanco de la zona antártica.
Evidentemente que el indio magro y alto llamaba la atención no sólo por su estampa indígena distinta a la del indio guayanés de rasgos asiáticos, sino por el corte de su indumentaria en la que no faltaba el chaleco de cuero con flecos, collares sugestivos y un multicolor penacho de plumas. El indio, además, ejecutaba la guitarra eléctrica y agigantaba su figura andando en zancos por las calles de Ciudad Bolívar, San Félix y Upata.
El Indio Polar, atracción de chicos y grandes, practicaba a sotto voce otras experiencias propias de aquel cieguito de “El Lazarillo de Tormes”, es decir, conocía muchas formas y maneras de seducir y obtener algún dinero. Decía oraciones para muchos y diversos efectos. Para mujeres que no parían, para las que estaban de parto, para las que eran malcasadas a fin de que sus maridos las quisiese bien. Pronosticaba a las mujeres preñadas si traían hijo o hija. Y fingiendo de Chamán hacía diagnóstico de cualquier mal y prescribía: “Haga esto, procure aquello, esto otro también, coja tal yerba o vaya por cual raíz”. De suerte que tras estas prácticas del indio trataba a todo el mundo, especialmente mujeres hasta el punto de que algún perverso de la ciudad propuso y metió al indio en un ballet rosado y cuentan que en lo mejor de la fiesta, alguien gritó: “Corran que ahí viene Mano `e Goma” Y al indio que además de zancos tenía una bicicleta, montó en polvorosa y no se le vio más por estos lares.
Mano ´e Goma era un personaje algo siniestro de la temible Seguridad Nacional, a quien se le atribuían ciertos métodos de tortura para sacarle confesiones a los presos, especialmente si eran políticos adecos o comunistas. Una de sus prácticas era la de sacarse su prótesis de goma y golpear con ella por las zonas más sensibles de la humanidad del adversario político.
Cuenta el periodista Enrique Aristeguieta que siendo niño, salio corriendo del quiosco de literatura infantil del Paseo Falcón y tropezó bruscamente contra el Mocho Delgado como también era nombrado “Mano é goma” y este se lo sacudió dándole duro con su prótesis por las nalgas. Enriquito le respondió todo rabioso con una sonora mentada de madre y salió en estampida a esconderse bajo la falda de su Madre que después andaba toda nerviosa y angustiada hasta que se entrevistó con Gomecito el jefe de la Seguranal en el Estado y todo volvió a la normalidad.
En tiempos de la dictadura del General Marcos Pérez Jiménez estaban prohibidas las reuniones de más de tres personas en la calle, pero El Zanjón era tradicional la reunión de los vecinos y una tarde que no pudieron aguantarse se reunieron para conversar sobre lo humano y lo divino Andrés Pucci, Rafael Rondón, Manuelito Zerpa, Mano Mingo, Torrelles y Pasarella cuando alguien desde un ángulo anunció que por la calle Amor Patrio se asomaba la figura de “Mano e´ goma”, no quedó un solo tertuliante en el lugar, todos fueron a esconderse como almas que habían visto a Mandinga.
Muchos políticos bolivarenses fueron, uno más que otros, víctimas de agresión y tortura por el famoso “Mano ´e goma” hasta el punto de que estuvieron a punto de lincharlo el 13 de junio de 1959 cuando fuertemente custodiado por una Compañía del Batallón Urdaneta al mando del José Antonio Silva Niño, fue llevado a los Tribunales para responder a varias acusaciones. (AF)
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