Aburridos de la música gregoriana, los comejenes o termitas de la
Catedral de Ciudad Bolívar devoraron el gigantesco Órgano de la Catedral. Así
lo explicó con ácido humor Monseñor Pinto el día en que los feligreses dejaron
de escuchar las 1500 voces de este órgano que el Presidente del Estado Soberano
de Guayana, Juan Bautista Dalla Costa Soublette, hizo traer de Inglaterra en
1870 como regalo a la Santa Iglesia. Fue traído desarmado y su instalación
tardó seis meses por el técnico londinés Jose Pelgroni. En 1920 tuvo que ser
reparado por Carlos Afanador Real y restaurado siete años luego por el técnico
venezolano Epaminondas González.(AF)
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