En 2017, se cumplieron doscientos años de la llegada del General Simón Bolívar a
Subió por la calle de las Orozco, tomó la calle de la Iglesia , pasó por la Plaza Mayor y se instaló en la
casona construida por el gobierno de Centurión para primeras letras y
latinidad.
El General respiró profundo, esbozo una sonrisa de
satisfacción, se arrellanó en un sillón, dictó su primera carta y hablo de la
gran ocasión para eternizar la
República , una sola República, central e indivisible.
Ni antes ni después de Angostura habló ni escribió de una
segunda o tercera República como los modernos políticos y algunos historiadores
han querido clasificar o dividir la
Historia venezolana siguiendo a manera de imitación a España
y Francia que enumeran la República a partir de
la interrupción o liquidación de la Monarquía. En Venezuela el tentáculo
de la monarquía hispana quedó cortado el 5 de julio de 1811 y emergió la República para no
extinguirse jamás, aún cuando la unidad haya sufrido resquebrajaduras
restauradas en el curso de la lucha.
El 13 de enero de 1830 el general José
Antonio Páez, declaró la autonomía de
Venezuela y promulgó el Reglamento de Elecciones para la reunión del Congreso
Constituyente, el cual se instaló el 6 de mayo y concluyó el 22 de septiembre
con una nueva Constitución que disponía la organización de la república bajo un
régimen centro-federal dividida en provincias, cantones y parroquias regidos
por gobernadores, prefectos y jueces de paz.
Esa división político territorial se mantuvo hasta 1864, cuando se
adoptó la denominación de Estados Unidos de Venezuela y la división en estados,
distritos y municipios mantenidas. En
1953 se volvió a la denominación oficial de República de Venezuela y desde el
2000 República Bolivariana de Venezuela.
En ninguna de las Constituciones de
Venezuela, antes y después de 1830, se habla de primera, segunda, tercera,
cuarta y quinta República, sin embargo es proverbial en el discurso político
cotidiano aún cuando el concepto sólo tiene que ver con la forma de gobierno en
la que el poder ejecutivo no corresponde a un monarca, sino a un presidente
elegido por el voto popular, mediante sufragio directo o indirecto.
En la narrativa de quienes escriben la
historia, la primera república es la que va del 5 de julio de 1811 al 25 de
julio de 1812 con la capitulación de San
Mateo. La segunda que cursa del 17 de
agosto de 1813 hasta el 10 de diciembre de 1814, con la Batalla de Urica. Tercera, entre 1817 con el asiento de los
Poderes Supremos en Angostura y 1819 con la creación de Colombia. La cuarta, de 1830 hasta la República Bolivariana
que se inicia con la
Constitución sancionada por la Asamblea Constituyente
el 20 de diciembre de 1999.
En el lenguaje del Libertador no
existen los ordinales con los cuales el discurso político moderno ha venido
connotando a los períodos considerados hitos en el proceso republicano. Bolívar
siempre habló de restauración o restablecimiento de la República una vez
concluido los procesos de interrupción a causa de la guerra. Esto, por una razón sencilla, porque la República no es ni puede
ser otra que la misma proclamada el 5 de julio de 1811. Ella es única e indivisible, no admite
caracterizaciones verbales. Existe y
perdura con todas sus variantes en el proceso evolutivo de la forma de
gobernar De manera que no es legítimo
hablar de primera, segunda, tercera, cuarta o quinta república, ni siquiera
para diferenciarnos o establecer distinciones entre un período y otro. (AF)
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