El médico dermatólogo,
Florencio García Morales, falleció el sábado 18 en
Ciudad Bolívar a la longeva edad de
88 años. Fue presidente del
Concejo Municipal de Heres, fundador con
su colega Francisco Battistini de los cursos de post grado en la Escuela de
Medicina de la Universidad de Oriente y
hermano del ex ministro de cultura Luis García Morales.
Nacido en el barrio Santa Ana en 1927,
tiempos del Gobernador Silverio González y de una nueva reforma constitucional
para prolongar la vida de Juan Vicente Gómez en el Poder que al parecer es la
desiderata de todo analfabeto funcional
que llega al Palacio de Doña Jacinta.
Florencio, de prosapia libanesa por
línea materna, era vecino de los Sambrano y los Inaty, también de sangre
libanes que tenían sus establecimientos mercantiles en la misma calle límite de
la Guzmán Blanco (Perro Seco) o Calle El Poder, poder no sólo por las
transacciones fluviales de cabotaje y
fuerza comercial del sector sino porque cada vez que los conflictos armados
pretendían tomar la Plaza de Angostura comenzaban por allí.
Contemporáneo con Florencio García
Morales eran en pintor Jesús Soto, Monseñor Constantino Maradei, Vicente
Latorraca, y con ellos nadaba en el Orinoco hasta la isla El Degredo. Con ellos estudió también las primeras letras
en la Escuela Moreno de Mendoza que le dio paso en los años cuarenta al Grupo
Escolar Estado Mérida, por lo que sus maestros fueron Domingo Maestracci,
Teodorita Méndez, Carmen Luna Lezama, María Antonia Mejías Luis Afanador,
docentes de una calidad enervada en las escuelas modernas actuales amenazadas
por un Proyecto 15 educativo donde los alumnos llegarían a ser algo así como
borregos.
El bachillerato lo cursó en el Liceo
Fernando Peñalver hasta el cuarto año.
El quinto y último en el Liceo Fermín Toro de Caracas en esta ciudad se quedó para seguir la
carrera de medicina en la Universidad Central de Venezuela, donde se graduó de
médico cirujano junto con Oscar Montes, Gilberto Ríos y Antonio Sucre Figarella
y posteriormente se especializó en dermatología para prestar servicio en el
Hospital Ruiz y Páez que entonces funcionaba en el hoy Palacio Municipal
Florencio García Morales ejerció la
medicina como un apostolado. Él lo decía y de ello se manifestaba orgullo en su
edad avanzada. En eso se distinguía de
la mayoría de los médicos de este siglo que aprovechan o ven la profesión como
una oportunidad nada despreciable para enriquecerse y son unos cuántos quienes
se han hecho famosos no por lo que sirvieron humanitariamente sino por lo que
tienen materialmente..
Alguna
vez le oí decir que la conducta profesional y social no solamente del médico sino de las
enfermeras hasta la mitad del siglo
anterior era otra comparada con la de ahora que ni siquiera le dan los buenos
días al paciente cuando pasan revista en las camas hospitalarias,
Era partidario y abogó por ella en todos los
seminarios, de la medicina preventiva.
Creía que la solución de la salud pública está en la medicina
preventiva, en una amplia y sostenida
política de prevención.
Su sensibilidad
social reflejada en el ejercicio de la medicina buscó desde su juventud un
atisbo en le política, consciente que desde el poder en cualquiera de sus
escalas es posible hacer mucho por el bien de la salud de la comunidad que a su
juicio no depende sólo del tratamiento medicinal en sí, sino del tratamiento sanitario mejorando los
servicios públicos de cloacas, agua
potable, deposición de la basura, inspección de los alimentos y eliminación del
polvo y la contaminación.
De
allí que cuando estudiante haya sido miembro de la “Juventud Venezolana” que luego se diseminó o terminaron afiliados
muchos de sus miembros en diversos partidos. El se quedó desde entonces en
Acción Democrática, donde desempeñó importantes funciones.
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