Varios periódicos de Ciudad Bolívar, entre ellos, el Diario de Guayana, El Loro, El Pueblo, El Trueno, La Campana, El Yuruari de Guasipati se pusieron de acuerdo e iniciaron una campaña a favor del desarrollo del cultivo del algodón.
Dicha campaña culminó el 16 de noviembre de 1925 con la instalación de una Sociedad Protectora de la Agricultura, pues ante la llegada del petróleo, o Mene, como le decían los indígenas, tomaba cuerpo el temor por el futuro de la agricultura, pues era notorio que numerosos agricultores, llaneros y pescadores, abandonaban su oficio tradicional para buscar trabajo en las compañías petroleras que ofrecían jugosos salarios.
Previendo ese porvenir aciago, en Ciudad Bolívar se fundó esta Sociedad Protectora de la Agricultura, presidida por Eduardo Boccardo y a la cual la Sociedad de Artesanos y Obreros donó 500 kilogramos de semillas de algodón para que fueran distribuidas entre los labriegos ribereños. Por su parte, el gobierno regional creó el Premio Juan Vicente Gómez, de 8 mil bolívares, para el mayor productor del año.
Posteriormente, el Congreso Nacional acordó adquirir para la Nación las tierras propiedad del general Juan Vicente Gómez denominadas “Hatos del Caura”, por la cantidad de 17 millones de bolívares, para el desarrollo de un vasto plan de colonización. El acuerdo firmado por el presidente del Congreso, Pedro Emilio Coll, establecía que 114 leguas cuadradas ubicadas en el distrito Cedeño, en las márgenes del Caura y el Orinoco.
Estas tierras ganaderas del Caura pertenecían anteriormente al general Joaquín Crespo y el encargado de administrarlas era el general Manuel González Gil, quien logró reunir 700 hombres después para respaldar la Revolución Legalista encabezada por el caudillo del Totumo.
Manuel Gil, desde los Hatos del Caura llegó a ser jefe militar y presidente del estado Bolívar, pero virtualmente hizo un mal gobierno sancionado por la Asamblea Legislativa, descuidó una ganadería altamente productiva a la que Juan Vicente Gómez en su tiempo quiso restaurar comprándolas a quienes la heredaron de Crespo después que éste murió en la batalla de la Mata Carmelera, protagonizada por el general José María (Mocho) Hernández. Pero luego el caudillo de la Mulera se dio cuenta que esas tierras estaban muy lejos de su alcance y sin mucho pensarlo se las vendió a la Nación para la creación de una colonia agrícola.
Para la época, la población del estado se ubicaba en 65.852 habitantes. La exportación para Europa y Norteamérica se estimaba en 10.818.284 bolívares contra una importación de Bs. 2.136.551. Las exportaciones desde los puertos fluviales del estado tenían un valor de 13.227.840 bolívares y las importaciones 4.392.579 bolívares. Como se observa la balanza de pago era muy favorable a la economía regional.
Los hatos de Gómez que se extendían desde las márgenes del Caura hasta las del Orinoco sobre una superficie de 114 leguas cuadradas, fueron adquiridos por la Nación en julio de 1926, por la cantidad de 17 millones de bolívares, a objeto de destinarlos al desarrollo de un vasto plan de colonización agrícola, pero no fue sino 13 años después (julio de 1939) cuando comenzó a materializarse, gracias a un proyecto presentado al Congreso por los diputados de Bolívar Antonio García Delepiani y Héctor Guillermo Villalobos. Al siguiente año llegaron a Maripa que había sido elevada a capital del distrito Sucre desplazando a Moitaco, 266 bultos con todo lo concerniente a una planta arrocera, incluyendo los módulos del edificio. Entonces la región del Caura no sólo era importante por la madera, la Sarrapia y la ganadería sino también por una abultada producción de arroz. (AF)
Dicha campaña culminó el 16 de noviembre de 1925 con la instalación de una Sociedad Protectora de la Agricultura, pues ante la llegada del petróleo, o Mene, como le decían los indígenas, tomaba cuerpo el temor por el futuro de la agricultura, pues era notorio que numerosos agricultores, llaneros y pescadores, abandonaban su oficio tradicional para buscar trabajo en las compañías petroleras que ofrecían jugosos salarios.
Previendo ese porvenir aciago, en Ciudad Bolívar se fundó esta Sociedad Protectora de la Agricultura, presidida por Eduardo Boccardo y a la cual la Sociedad de Artesanos y Obreros donó 500 kilogramos de semillas de algodón para que fueran distribuidas entre los labriegos ribereños. Por su parte, el gobierno regional creó el Premio Juan Vicente Gómez, de 8 mil bolívares, para el mayor productor del año.
Posteriormente, el Congreso Nacional acordó adquirir para la Nación las tierras propiedad del general Juan Vicente Gómez denominadas “Hatos del Caura”, por la cantidad de 17 millones de bolívares, para el desarrollo de un vasto plan de colonización. El acuerdo firmado por el presidente del Congreso, Pedro Emilio Coll, establecía que 114 leguas cuadradas ubicadas en el distrito Cedeño, en las márgenes del Caura y el Orinoco.
Estas tierras ganaderas del Caura pertenecían anteriormente al general Joaquín Crespo y el encargado de administrarlas era el general Manuel González Gil, quien logró reunir 700 hombres después para respaldar la Revolución Legalista encabezada por el caudillo del Totumo.
Manuel Gil, desde los Hatos del Caura llegó a ser jefe militar y presidente del estado Bolívar, pero virtualmente hizo un mal gobierno sancionado por la Asamblea Legislativa, descuidó una ganadería altamente productiva a la que Juan Vicente Gómez en su tiempo quiso restaurar comprándolas a quienes la heredaron de Crespo después que éste murió en la batalla de la Mata Carmelera, protagonizada por el general José María (Mocho) Hernández. Pero luego el caudillo de la Mulera se dio cuenta que esas tierras estaban muy lejos de su alcance y sin mucho pensarlo se las vendió a la Nación para la creación de una colonia agrícola.
Para la época, la población del estado se ubicaba en 65.852 habitantes. La exportación para Europa y Norteamérica se estimaba en 10.818.284 bolívares contra una importación de Bs. 2.136.551. Las exportaciones desde los puertos fluviales del estado tenían un valor de 13.227.840 bolívares y las importaciones 4.392.579 bolívares. Como se observa la balanza de pago era muy favorable a la economía regional.
Los hatos de Gómez que se extendían desde las márgenes del Caura hasta las del Orinoco sobre una superficie de 114 leguas cuadradas, fueron adquiridos por la Nación en julio de 1926, por la cantidad de 17 millones de bolívares, a objeto de destinarlos al desarrollo de un vasto plan de colonización agrícola, pero no fue sino 13 años después (julio de 1939) cuando comenzó a materializarse, gracias a un proyecto presentado al Congreso por los diputados de Bolívar Antonio García Delepiani y Héctor Guillermo Villalobos. Al siguiente año llegaron a Maripa que había sido elevada a capital del distrito Sucre desplazando a Moitaco, 266 bultos con todo lo concerniente a una planta arrocera, incluyendo los módulos del edificio. Entonces la región del Caura no sólo era importante por la madera, la Sarrapia y la ganadería sino también por una abultada producción de arroz. (AF)
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