La ruleta rusa, juego letal que se practicaba el siglo pasado con arma de fuego, sufrió una versión con el automóvil en los años sesenta, particularmente en Ciudad Bolívar, donde jóvenes de familias de clase media a alta, alteraban con fricción la adrenalina lanzando su automóvil al azar de vida o muerte por alguna de las transversales de la Avenida Táchira que por ser vía urbana principal soporta mayor circulación de vehículos.
Una campaña de concienciación entonces, enervó lo que ya parecía una epidemia juvenil. Sin embargo, de vez en cuando, algún joven temerario, solitario o no, se juega la vida de él o de los inocentes que se desplazan por la vía.
Así, conforme a información de primea mano, , ocurrió un caso el sábado por la noche 28 de abril en la Avenida Táchira con saldo casi letal de cuatro lesionados, de ellos graves, uno en estado de coma, otro fracturado y una dama de 31 años que iba a la Clínica y terminó en el hospital con lesiones en la cervical.
El joven dueño de una Mini-teca en la que hace de disk jockey, según la profesora Onilde Rivero, salió a las 10:40 de la noche conduciendo solo su camioneta Explorer sport a “cazar malandros” según sus propias palabras. Antes de sentarse ante la consola musical, tomó la vía lateral Maracay, pero iba tan soplado que confundió las luces del Semáforo impactó por el costado derecho a la camioneta pick up Cheyenne que por la avenida Táchira se dirigía a una Clínica cercana a requerimiento de la dama y sus jóvenes acompañantes.
Ambos conductores resultaron milagrosamente ilesos, pero los ocupantes de la camioneta Cheyenne gravemente lesionados, tan graves como la responsabilidad del disk jockey que conducía la Explorer.
A la tragedia se añade que el conductor de la Explorer no hizo absolutamente nada por auxiliar a los heridos sangrantes en el suelo, sino que mientras el conductor de la Cheyenne llamaba al 171 y trataba de auxiliar a los lesionados, el otro se despepitaba en medio de la vía insultando y tratando de justificar lo injustificable ante la única reportera que cubrió el suceso, vecinos y autoridades que de inmediato acudieron a la escena del suceso tan pronto se enteraron.
Lo que llama la atención es la insensibilidad del conductor de la Explorer, que en vez de dirigirse al Hospital para saber del estado de salud de los que sufren lesiones graves por su culpa, acudió al día siguiente muy temprano a Tránsito Terrestre con un abogado para reforzar lo que en el sitio del suceso había declarado al Fiscal de tránsito que levantó la espantosa colisión, mientras al conductor de la Cheyenne fue citado para cinco días después.
Es sumamente alármate el aumento de muertos e inválidos a causa de accidentes de tránsito. De acuerdo a lo que registra el Ministerio de la Salud; actualmente nuestro país ocupa el quinto lugar en el continente en cuanto al número de accidentes de tránsito e internamente es la quinta causa de muerte.
La principal causa de estos accidentes, es la imprudencia seguida por el exceso de velocidad, el consumo de alcohol y otras sustancias que afectan tanto física y mentalmente al conductor; además se le suma la temeridad y ausencia de educación vial.
Se debe empezar por implantar un programa de educación vial, no sólo a nivel gubernamental sino también familiar, ya que hoy en día se observan jóvenes, desde temprana edad, detrás del volante, corriendo sin conciencia e ingiriendo alcohol y otras sustancias, sin freno alguno por parte de las entidades de seguridad, ni por sus padres o familiares.
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