La Sociedad Médica es el antecedente del Colegio de Médicos del Estado Bolívar. Una de sus primeras tareas fue la de crear un hospital o clínica para niños pobres, atendida por los miembros de la Cooperación que entonces no pasaban de 17 afiliados. El 27 de enero de 1915 se planteó esta iniciativa en la reunión ordinaria de la sociedad y se nombró fuera del seno del gremio una comisión con el objeto de arbitrar los fondos requeridos para tan loable fin. La integraron, el Pbro. Adrián M. Gómez, Dr. José Gabriel Machado, Dr. B. Tavera Acosta, Luis Roncayolo, A. Valera Villalobos, Jorge Suegart, Rafael Recao, Juan B. Pietrantoni Mariño y Dr. W. Monserratte Hermoso.
La comisión trabajó con diligencia efectiva. Recibió apoyo del presidente del Estado, Gral. David Gimón y de la Junta Administradora de los hospitales Ruiz y Mercedes que le adjudicó un local, donde iniciaron las actividades el seis de octubre los médicos Pablo Carranza, J. M. García Parra, M. A. Rodríguez y Matías Carrasco. Durante ese mes de octubre de 1915, los médicos de la sociedad atendieron 155 niños de los cuales 77 enfermos de paludismo y 37 con afecciones de las vías digestivas. Al mes siguiente la asistencia fue mayor y comenzó a suministrársele leche.
En su reunión del 2 de diciembre, la junta directiva de la Sociedad Médica planteó la necesidad de proporcionar a la clínica un local más adecuado para su funcionamiento, dado que el facilitado por la Junta de Hospitales resultaba ya insuficiente. Además de un local funcional, se planteó un stop permanente de medicamentos y un personal fijo, pero para ello se requería mínimo un presupuesto mensual de 800 bolívares.
Como el doctor José Domingo Montenegro, no disponía de tiempo para atender su turno en la Clínica de los Niños Pobres, ofreció medicamentos y consultas gratis en su consultorio de la Clínica Ríos, a los niños de las familias pobres.
La Sociedad Médica mediante el arbitramiento de fondos que llevaba adelante la comisión así como algunos préstamos, se propuso y logró edificar un edificio apropiado para la clínica en las inmediaciones de los hospitales. Los trabajos de construcción del edificio resultaron lentos y no pudo inaugurarse sino el 25 de diciembre de 1930, siendo el doctor J. J. Gabaldón, Presidente del Estado.
Para 1936 todavía pesaba sobre el edificio una deuda de 4 mil bolívares, cuyos réditos la Sociedad de Médicos cancelaba puntualmente, pero el acreedor exigió se le cancelara la deuda debido a una situación de emergencia. Intervino favorablemente entonces el presidente del estado, Dr. José Benigno Rendón y a nombre del Ejecutivo dispuso la cancelación de la hipoteca que pesaba sobre el inmueble.
La actividad de la Clínica de los Niños Pobres se fue extinguiendo gradualmente hasta el advenimiento de la Pediatría y el establecimiento en el Hospital Ruiz y Páez de un departamento en los años cincuenta cuando fue reubicado en edificio propio en las afueras de la ciudad.
Vacío el edificio, abandonado como muchos inmuebles de la ciudad, de estructura antigua similar, fue cediendo a la acción erosiva de los elementos ambientales hasta quedar una ruina que recuperaría más tarde dentro del programa de Revitalización del Casco Histórico, el Instituto de Cooperación Iberoamericana, para que continuara prestando el servicio asistencial de sus primeros tiempos. (AF)
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