Llegó a esta ciudad desde Tucupita, donde nació el 3 de enero de 1.931 y se destacó por su verbo encendido en las
filas del Partido Acción Democrática en 1.946 y desde entonces hasta su
división, para dar lugar al MIR, fue un fuerte baluarte del Sindicalismo que
orientaba esa Organización. Tiene en su haber de fogoso y combativo líder su activa y decidida participación en la
gloriosa huelga petrolera del 50, cuando era para entonces Jefe de Reclamos
del Sindicato de Trabajadores Petroleros de Punto Fijo, Estado Falcón. Terminada
la huelga decretada por El Cosipetrol en protesta contra los atropellos y todo
género de crímenes cometidos por la dictadura perezjimenista, Naranjo se dio
a la fuga para salvarse de la persecución de que fue objeto por los agentes del
régimen. A Caracas llegó a pedirle tareas al Comando Nacional del Partido, el
cual le ordenó regresar clandestinamente a la ciudad de Coro para desde allí
continuar la lucha con la misma firmeza en el frente de batalla de la democracia
venezolana. Finalmente fué capturado por los agentes policiales de la Seguridad
Nacional y recluido en la Penitenciaría General de Venezuela, en San Juan de
Los Morros, durante cinco años. En su afán de aumentar el caudal de sus
conocimientos sobre la política y el sindicalismo venezolano, se dedicó por entero
al estudio metódico y perseverante que hicieron de él un joven capaz, culto y
sólidamente preparado para servir con honor y orgullo a su partido en el
campo sindical. Además de Jefe de Reclamos del combativo Sindicato Petrolero
de Punto Fijo fué también Jefe de Reclamos de la Construcción de San Félix y
Matanzas, donde desarrolló una magnífica y eficaz labor que le granjeó para
siempre la confianza, el cariño y el respeto de sus compañeros de clase de la
Zona del Hierro. Por otra parte fué electo Diputado a la Asamblea Legislativa
en el puesto número cuatro que presentó su Partido Acción Democrática.
Igualmente la X Convención del Partido lo eligió Secretario Sindical Regional
y Miembro del Buró Político. En la Federación de Trabajadores del Estado
Bolívar, máximo organismo de los trabajadores guayaneses, ocupó el cargo de
Secretario de Cultura y Propaganda. La vida política y sindical de Daniel
Naranjo Díaz estuvo plena de fuertes emociones y duras experiencias. Le tocó en suerte vivir desde temprana edad
en el campo de la contienda política. Hoy, ya en el umbral de los ochenta años
y recibido de Economista en la UCV, reposa
como buen gurrero, en algún lugar de Caracas, al lado de su esposa también
activista político, la maestra Lía Rebolledo. (AF).
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