Vi y conocí por primera vez al diputado José Jesús López, en la Asamblea Legislativa del Estado Bolívar en representación de su partido Acción Democrática. Hicimos buena amistad no obstante que éramos adversarios políticos. Eso era lo bueno de la Cuarta República o, mejor, del “puntofijismo”, que había sepultado el odio y la intolerancia tan frecuentes en estos días donde se habla hipócritamente de la convivencia.
Supe por propia iniciativa
que no obstante vivir, laborar y formado familia en Ciudad Bolívar, su tierra
natal era Maracaibo, donde nació el 22 de mayo de 1929, que allá estudió hasta
el segundo año de secundaria que interrumpió lamentablemente por el prurito de
la política y del heroísmo romántico y seductor de la juventud que le inspiró el
escritor y político trujillano, Joaquín Gabaldón Márquez, alzado desde Monte
Cristo contra la férrea dictadura de Juan Vicente Gómez.
Ese comportamiento
juvenil tan manifiesto y a temprana edad no podía pasar desapercibido para las autoridades de aquel tiempo que lo
encarcelaron durante dos meses.
Entonces, oyendo buenos y gratos consejos se auto exilió en la vecina
Colombia, donde siguiendo los pasos del político liberal y escritor José
María Varga Vila, se mudó y radicó en
Ciudad Bolívar en 1932, donde terminó de curtirse en los avatares políticos de
la época que protagonizaba en la clandestinidad Acción Democrática
conjuntamente con activistas del partido comunista. Aquí formó familia y tuvo su primer hijo que
siguió muy de cerca sus pasos en el
campo obrero y sindical donde definitivamente hizo vida hasta el punto de
representar a la masa obrera en varias conferencias incluyendo la
interamericana de la OIT reunida en San
Francisco, California.
Descubierto su
activismo en la lucha clandestina de AD por los esbirros de la Seguridad
Nacional, fue a parar durante cinco
años, con escasos intervalos de libertad, en los calabozos reservados por la SN
a los enemigos políticos del régimen perezjimenista, en las cárceles de Ciudad
Bolívar, San Juan de los Morros y Caracas.
La fraternidad
fracmasónica le sirvió de escudo para llevar adelante la tarea libertaria que
le asignó su partido. Fue fundador de varias
logias y llegó a ser Maestro 30 e Ilustre Maestro del Consejo Kadoc
General con sede en San Félix.
En 1961 fue Presidente
de la Asamblea Legislativa y le tocó firmar la Lay de División Político
Territorial que creaba la Municipalidad de Caroní que tiene a ciudad Guayana
como capital.
Finalmente debemos
decir, e invoco a su hija Dilcia López, que su trabajo y lucha por los derechos
y reivindicaciones de la masa laboral valió de mucho y el 23 de enero de 1959 se
vieron los resultados. (AF)
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