Los
primeros carnavales bolivarenses comenzaron con el siglo veinte, pero no
elegían reinas y estaban sujetos a una programación que comprendía desde
carreras de caballos hasta subir la cucaña, como los de 1902. El Carnaval de 1904, por ejemplo, se inició
con 17 disparos de cañón, luego reunión en la esquina Curamichate de comparsas
y disfraces para el paseo cívico muy de mañana.
Al mediodía, almuerzo popular.
Por la tarde, Cucaña y descabezamiento de pollos y por la noche juegos
artificiales. Al siguiente día, carreras
de saco. Ataque del sexo feo al parque
carnavalesco custodiado y defendido por las muchachas del barrio La
Concordia. Piñatas, trampolín y
sartén. El tercer día, paseo en coches y
caballos amenizado con orquesta, desafío de gallos, comparsas de máscaras, palo
encebado o cucaña, música, fuegos artificiales, baile popular, iluminación y
variedad de bombeadores. La octavita,
reservada para los niños, estaba circunscrita a un baile infantil en la sede
del Colegio Nacional.
En los carnavales de 1917 se elige por
primera vez una reina a través del voto popular con valor determinado. Una persona podía votar tantas veces de
acuerdo a su capacidad económica, de suerte que la candidata o aspirante que
más vendiera votos era indiscutiblemente la Reina. Ese año, la candidata que
más vendió votos fue, no podía ser otra, Lina Mercedes Torres, la hija del
Presidente del Estado, General Marcelino Torres García, a quien conocí ya
anciana en su casa de la calle Bolívar, adquirida por el alcalde Leonel Jiménez Carupe para sede de
la Fundación Parapara.
La elección o escrutinio de los votos vendidos se
efectuaba en la sede del Club de Comercio que entonces quedaba en el Paseo
Orinoco haciendo esquina con la calle Constitución. Por cierto que Lina, ya electa Reina de
Carnaval 1917, renunció por la muerte de una hermana del Presidente del Estado;
pero la suplente, Amelia Casalta, con 12.938 votos, también renunció por aquel
prejuicio social tan difundido de no querer ser “plato de segunda mesa” de
manera que la tercera en el orden, señorita Salvadora Vivas, se alzó con el
cetro.
En 1929 rigió el mismo sistema para elegir a la
representante de Bolívar al Concurso Nacional “Señorita Venezuela”, mes de
septiembre. No se admitía el vocablo
“Miss” de la actualidad. En tal ocasión, Trina Mercedes Reyes, ganó el título
Señorita Bolívar en representación de la revista “Hogar” que se editaba en
Buenos Aires, pero que circulaba profusamente en la capital bolivarense. A Trina la conocí siendo maestra y dirigente
del MEP.
El título de “Miss” se puso en boga
para el Concurso de belleza 1938.
Miss Bolívar entonces fue María de Lourdes Battistini, para competir en
el certamen Miss Venezuela. Ese año, entre las mujeres bellas de Ciudad
Bolívar, aparecían Luisa Teresa Acosta, Mercedes Alvarado, Sofia Paravisini,
Francia Damián, Catalina Enet, Luisita Sucre (tía de Leopoldo), Esperanza Mares
y Olga Puppio, quien llegó a ser Directora de Educación y Cultura del Estado
siendo gobierno Copei. Sofía Silva Inserri fue la primera bolivarense electa
Miss Venezuela. Ocurrió el 7 de junio de
1952 en Valle Arriba Club de Caracas.
Fue electa con 90 puntos y sólo tres de ventajas sobre Ligia de Lima, la
aspirante más cercana. Vilma Viana
Acosta obtuvo el tercer lugar. Sofía,
nativa de Tumeremo, aspiró igualmente al trono de Miss Universo en Long Beach,
pero quedó distante de la representante de Filandia, Armi Kuusela.
Como Miss Venezuela visitó Ciudad
Bolívar invitada por la VII Asamblea
Ordinaria de la Federación Médica
Venezolana realizada en agosto del 52 y presidida por el bolivarense doctor
Said Moanack. (AF)
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