En
1908 se registró una epidemia de fiebre amarilla en Upata y de ella no escapó
Raúl Leoni, pero no murió, fue salvado por el doctor Eduardo Oxford. Contaba
apenas 3 años de edad puesto que había nacido el 26 de abril de 1905.  En 1916, a los once años de edad, ya era un
estudiante brillante en el Liceo Guayana, el primer privado fundado en Ciudad
Bolívar por Narciso Fragachan.  Sus estudios
los completó en Caracas hasta ingresar en la Escuela  de Derecho de la UCV  donde llegó a ser
Presidente de la Federación 
de Estudiantes de Venezuela en 1928, 
momento  glorioso de la juventud
venezolana y año en que emergieron los futuros líderes de la democracia
venezolana.
         Febrero no sólo está ligado a la
juventud por la Batalla 
de la Victoria 
sino por la llamada Generación del 28 que despertó a un país aletargado por la
mano dura y feudal del dictador Juan Vicente Gómez.
         Ningún ataque de carácter político
estaba previsto aquellos días contra el dictador sino simplemente celebrar la Batalla  de la Victoria  con una semana
de festejos a fin de levantar fondos para la fundación de la Casa  del Estudiante que
llevaría por nombre Casa Andrés Bello, destinada a prestar ayuda, especialmente
a estudiantes procedentes de la provincia que no tenían familiares en la
capital.
         Raúl Leoni, estudiante del quinto año
de derecho, presidía la
 Federación  de Estudiantes de Venezuela, promotora de este
evento que se inició con la elección de Beatriz Peña Arreaza como Reina de los
Estudiantes y un gran desfile desde la vieja Universidad Central  hasta el Panteón Nacional donde Beatriz
depositó flores de Galipán y  Jóvito
Villalba que entonces tenía veinte años 
se reveló como precoz orador, haciendo desbordar de entusiasmo a la
multitud.
         Al siguiente día (7 de febrero de
1928), los estudiantes realizaron un desfile en automóviles por las principales
calles caraqueñas cuando repentinamente gritaron los que iban a la cabeza del
desfile:  ¡¡¡Sigala y Balaja!!!  Y 
corean los demás: ¡¡¡Saca la pata lajá!!!  El grito se repite muchas veces con esta
variante:  ¡¡¡Alá y Balaja!!! ¡Saca la
pata lajá! ¡Y ajá! ¡Y Ajá! ¡¡¡Saca la pata lajá!!!
         Dice Carlos Emilio Fernández,
estudiante testigo de aquellos tiempos- que la extraña consigna que tuvo  su origen en la Escuela  de Medicina,
pasando luego a los demás estudiantes, salió por primera vez de las aulas
universitarias, extendiéndose por toda la ciudad, hasta convertirse en canto de
rebelión.
         Esa tarde se oyeron intercalados
algunos gritos de ¡Abajo el Bagre! ¡Muera el Bagre!, todo lo cual fue reportado
de inmediato a las autoridades por los agentes secretos que vigilaban el
desfile.
         En la noche del 8 tiene lugar un
recital en el Teatro Rívoli en el que un joven mirandino de veinte años de edad
llamado Rómulo Betancourt pronuncia un vibrante discurso de clausura
         El 9 cambian al Rector de la Universidad , luego se
producen otros cambios a nivel de la Gobernación.  Raúl  Leoni, Presidente de la FEV  es llamado por el nuevo
Gobernador Rafael María Velasco para que se haga responsable de cualquier
manifestación en contra del Gobierno y la Semana  del Estudiante termina con la prisión de
Pío Tamayo, Jóvito Villalba y Rómulo Betancourt, por sus discursos, y Guillermo
Prince Lara por haber destruido la lápida de la tumba de Juancho Gómez,
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