Zoraida Inaty tenía los ojos
glaucos, verdes claros, por eso el
profesor caraqueño Sixto Guaidó cada vez que visitaba Ciudad Bolívar, le
recitaba aquella rima de Gustavo Adolfo Becker “Verdes tiene tus ojos, ¿te
quejas? Verdes los tienen las náyades, verdes los tuvo Minerva ..”
Verdes o glaucos y además morunos, Zoraida era una muchacha
muy activa y dinámica. En ella predominaba la sangre criolla más que la
árabe. Le gustaba la política y en esos
menesteres andaba con Sinaí Sutherland cuando la conocí.
Su amiga muy consustanciada era pues la Negra Sinaí
Sutherland, que más que negra era una morena muy atractiva que volvió loco
durante un tiempo al doctor José Rafael Miranda, quien al igual que el profesor
Guaidó le recitaba poemas que nada
tenían que ver con la rima. Eran poemas
del cubano Nicolás Guillén a quien no hay que confundir con el hispano Jorge
Guillén.
Qué quiere decir,
Sinaí preguntaba, qué quiere decir: “Hay un arco tendido que hace viajar la flecha de tu voz”. Yo
le explicaba que su voz era sugestiva y lo tenía traspasado como la flecha de
Aquiles. Terminaba sugiriéndole que
mejor pidiera a Piquito “Sorongo Cosongo”.
Marcial Rivas, hijo del ebanista de la
ciudad que tenía su gran taller en El Zanjón,
especulaba diciendo con su voz un tanto gangosa que la amistad entre
Zoraida y Sinaí era por su nombre porque
sus ascendientes eran de por allá cercano al Monte Sinaí donde el dios
Yahvé entregó a Moisés la célebre tabla de los diez mandamientos. No creo que sea por el apellido Sutherland
que es de origen inglés trinitario mientras que los Inatty son de origen
libanés asentados en Ciudad Bolívar hace más de una centuria.
Recordaba a Jorge
Inaty, introductor de las chalanas de hierro en el Orinoco, a Elías Inaty,
pediatra y poeta, a Alfredo Inatti, quien para entonces estudiaba antropología
en la UCV y Amín
Inati, mirista “cabeza caliente”. De esa
cepa era Zoraida radicada en Caracas desde los años 70 al igual que Sinai.
La cepa Sutherland en Ciudad Bolívar también comienza con el
Siglo XX. Creo que el tronco mayor fue
Alejandro Sutherland traído por el Gobernador Tellería para que reconstruyera
el dique de La Carioca. Era hombre prolífico, un
verdadero semental. Por cierto, que cuando
tuvo su trigésimo vástago, el diario El Luchador del 23 de agosto de 1910 lo
saludó con esta nota: “Alejandro Sutherland, aún sin llegar a
viejo, ha tenido en su esposa 30 hijos, la mayor parte varones. Cuánta satisfacción fuera para Venezuela importar
siquiera 1000 tipo como Musiú Sutherland, para en breve ver al país poblado
como Nueva York”.
Fue él quien construyó la primera iglesia protestantes en
Ciudad Bolívar y su esposa Nicolasa Railer inventó el Masapán elaborado con la
almendra de la semilla del Merey. De
suerte que la gran familia Sutherland tradicionalmente ha vivido de la
construcción y del merey aunque Juan
Sutherland, apodado “perro sucio” por la chusma estuvo alejado de ese oficio,
más bien, montado en una tribuna, leía mucho y era buen orador. Perteneció al PDV y en Soledad sus
adversarios le hicieron lo mismo que a Leo en Caracas. Tuvo varios hijos, todos profesionales, entre
ellos al poeta Luis Sutherland, quien fue secretario del general Raúl Isaías Baduel y de Leopoldo Sucre Figarella.
Licenciado en letras y fundamentalmente poeta.
Ganó varios premios. Es autor del
poemario “Relación de un pasajero oculto”, su primera obra, publicada en 1978 en la colección Voces Nuevas del Celarg y de
la cual es este poema: “Fíjate en esas brumas que la mañana acerca
/ Fíjate en el resplandor de esos seres que se acercan / Todos lo hacen alguna
vez / Fíjate en su arrogancia / Fíjate que yo estoy sentado sobre mis piedras /
Fíjate que no me inmuto por esas brumas / Ni por esos seres con tantos
sacrificios de vida”. Zoraida murió en Febrero de 2013. (AF)
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