El 2 de octubre de 2002, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) César Gaviria, en una visita imprevista y no planificada al país, llegó a Caracas, quien señaló que vino -porque la comunidad internacional está muy preocupada por la gravedad de la crisis en Venezuela” e hizo énfasis en la necesidad de actualizar al poder electoral “para poder enfrentar pronto un proceso electoral que esté contemplado en la Constitución o que sea el fruto de un acuerdo negociado entre gobierno y oposición”.
Gaviria se reunió con el presidente de la República, Hugo Chávez y luego lo hizo con la Coordinadora Democrática, Fedecámaras y la CTV.
La reunión con la Coordinadora Democrática fue en términos positivos y concluyó con la firma de una carta compromiso propuesta por el secretario general de la OEA a favor de una salida pacífica a la crisis política del país. Las organizaciones civiles y partidos políticos que integran la Coordinadora Democrática reafirmaron su propuesta de ir a un proceso electoral de consulta popular.
La Coordinadora propuso el desbloqueo en el parlamento de la creación de la Comisión de la Verdad y exigió que por la parte gubernamental sea Chávez quien firme el compromiso con la OEA para que se comprometa en cumplirlo.
Mientras a nivel nacional las altas autoridades buscaban un solución a la crisis, en Guayana, pese al rechazo de los sindicalistas de la FBT chavista de Sidor, Alcasa, electricidad y los sindicatos paralelos de la construcción, una masiva asamblea de dirigentes de 84 agrupaciones laborales afiliadas a Fetrabolívar aprobó sumarse a la protesta que por 12 horas en forma pacífica y cívica se realizara pidiendo un referéndum para que sea el pueblo quien decida en forma democrática la solución a la crisis política.
El sindicato de Venalum anunció que participará de la protesta, y en Bauxilum, aunque no comparten el liderazgo de la CTV, rechazaron la presencia de los chavista Machuca y Gil. En Caracas, la asamblea de gerentes, empleados y técnicos de Pdvsa acordó respaldar en forma pacífica el paro del lunes, mientras Consecomercio anunció que en sus cámaras afiliadas hay unanimidad y calculan en un millón los comercios que no abrirán sus puertas ese día.
La mayoría de la directiva de Fedepetrol aprobó no ir al paro, chocando contra la opinión de los sindicatos de base más numerosos del sector petrolero de Zulia, Anzoátegui y Carabobo. Los sindicatos bancarios, de la Marina Mercante, de empleados públicos e Hínchanla fueron rotundos en su respaldo a la protesta.
El 20 de octubre, un nuevo capitulo en la lucha por defender las libertades democráticas, por rescatar el progreso económico y el empleo, para frenar el proyecto en marcha de convertir a Venezuela en un lugar donde reine la intolerancia y el autoritarismo. Así definieron los organismos empresariales y sindicales convocantes, al igual que la Coordinadora Democrática, al paro cívico nacional que se realizara el lunes 21 entre las 6:00 am y las 6:00 pm.
La nación vivía una severa crisis política, económica, social y de gobernabilidad, porque la mayoría de los venezolanos se resisten a admitir el discurso del odio y la división; la destrucción de las empresas que generan empleo; el inclemente ataque contra la libertad de expresión y el empeño, de quien hoy es una clara minoría, de imponer a la fuerza una supuesta “revolución” que ha mostrado su fracaso.
De acuerdo a lo señalado por dirigentes de la CTV, los partidos opositores y los gremios empresariales, el paro reflejó aproximadamente la opinión de los venezolanos acerca del gobierno de Hugo Chávez. Un 75% se sumó para hacer sentir su protesta contra las medidas económicas de corte socialista conducentes a la quiebra y ruina del país.(AF)
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