El Instituto Nacional de Cultura
y Bellas Artes, en su misión esencial de llevar sus recursos hasta la
provincia, decidió el 24 de mayo de 1968, la creación de una Escuela modelo de
artes plásticas en Ciudad Bolívar.
Con
ese fin, se residenció en la capital bolivarense, el artista chileno Dámaso
Ogaz (en la foto), acompañado de su esposa Guadalupe. De esta manera, Ogaz se inició en la
provincia como funcionario del Inciba, dispuesto, según manifestó entonces, a “realizar
una labor digna de esta tierra que está dando muy buenos artistas”.
La
casa donde se inició la escuela fue arrendada en la calle Amor Patrio, muy
próxima a la Casa de la Cultura que entonces funcionaba contigua a la Biblioteca
Rómulo Gallegos y aún no
había adoptado su nombre actual de “Carlos
Raúl Villanueva”. La idea inicial
era que tanto la Escuela de Artes Plásticas como la Casa de la Cultura y la de
Cerámica estuviesen integradas.
Dámaso
Ogaz, quien además de pintor era buen poeta, una vez acondicionado el local
para esta Escuela que terminó en simple Taller, recibió a los primeros
estudiantes tratando de que adquiriesen las bases técnicas y profesionales
necesarias para que pudieran desempeñarse con éxito dentro las diferentes disciplinas
plásticas. Tarea principal fue además,
la de orientar y despertar en los cursantes una conciencia creadora y una
auténtica formación conceptual.
Dámaso
Ogaz, quien permaneció poco tiempo, fue uno de los principales animadores del “Techo
de la Ballena” en Caracas, junto a otros reconocidos intelectuales
venezolanos. Dirigió y financió las
Ediciones “Pata de Palo” y estuvo
con la revista literaria Zona
Franca dirigida por Juan Liscano.
A decir de César Seco, uno de sus alumnos, este artista encorvado,
satírico y canoso “era exigente e inconforme siempre tras ese otro lado donde
las cosas son por el asombro”. Solía
decir: “La Vida es una obligación que debe cumplirse a la brevedad posible,
antes de sentirse fascinado”)
Se radicó en Venezuela a partir de un año antes de
comenzar a enseñar su arte por la provincia.
Venía de una gira triunfal por Europa y se hallaba de vuelta en
Venezuela invitado por su amigo el pintor Contrametre del que poseo un grabado que
el mismo Ogaz me regaló. El verdadero nombre de Dámaso era Víctor Manuel
Sánchez Ogaz, nacido en Santiago de Chile el 17 de agosto de 1924. Falleció en Caracas el 14 de marzo de
1990. Su vocación y labor de artista
abarcó la pintura, la literatura, la poesía y el teatro.
Para
el tiempo de Dámaso Ogaz existía en Ciudad Bolívar el movimiento artístico 17.9 que en 1969 cerró sus puertas y sus bienes
fueron donados al Taller de Artes Plásticas cuando el pintor Rubén Chávez
sucedió a Dámaso Ogaz. Con el dinero y
material donado, el Taller abrió una galería anexa inaugurada con una
exposición de grabados del estudiante Andrés Fajardo, hermano del Padre Ramón
Fajardo, ahora en Roma. Andrés,
ilustrador de mi libro “Mitos, cuentos y leyendas” se halla actualmente de
profesor en un Liceo de Guasipati y se cuenta entre los miembros fundadores de la Casa de la Cultura Carlos Raúl
Villanueva.
En
cuanto al profesor Rubén Chávez, sucesor
inmediato de Dámaso Ogaz, realizó en el ambiente artístico cultural de Ciudad
Bolívar una obra muy digna de su jerarquía de artista que en Caracas tenía una
labor cumplida como pintor de la tendencia figurativa expresionista. Había ganado el Premio de Pintura “Miguel
Otero Vizcarrondo” en 1962 y estaba invitado para una individual en el Museo de
Bellas Artes que en Caracas dirigía Miguel Arroyo.
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