Las obras a participar debían ser inéditas, no menores de 280 versos repartidos en uno o más poemas. Las ganadoras serían distinguidas con un primer premio de dos mil bolívares y diploma, un segundo de mil bolívares más diploma y publicación. El acto de premiación fue fijado para el 27 de junio de 1968, sesquicentenario del Correo del Orinoco, semanario de los patriotas que entre partes y boletines de guerra solía darle cabida a la poesía.Quedó abierto por primera vez el Concurso literario de la Casa de la Cultura Carlos Raúl Villanueva y fue escogido el nombre del poeta Alarico Gómez, fallecido en 1955, toda vez que este poeta fue un innovador de la poesía guayanesa.
Argenis Daza Guevara (en la foto), un poeta de Tumeremo residenciado en Caracas, fue el ganador del primer premio de Poesía “Alarico Gómez”. El jurado integrado por Pascual Venegas Filardo, Luz Machado y Ramón Palomares, dictaminó el 17 de junio de 1968, a favor de la obra “Irreales” firmada con el seudónimo “Danor” y que abierto el sobre de identificación, correspondió a Argenis Daza Guevara, joven profesor y abogado, con dos obras anteriores publicadas, una de ellas por la Universidad de Oriente.
El primer premio consistía en dos mil bolívares, diploma y publicación de la obra. El segundo premio, de un mil bolívares, diploma y publicación de la obra, correspondió a “Los otros días”, poemario de Adolfo Rodríguez, domiciliado en la calle Monagas 13-20 de Barcelona y quien se firmó con el seudónimo “Anteo”.
El jurado, asimismo, acordó Mención Honorífica para el libro “El fin de la palabra”, de Magali Castillo (Yura) y entregar dichos premios el 27 de junio con motivo del sesquicentenario del “Correo del Orinoco”.
En esa ocasión, lamentablemente, el poeta Ramón Palomares renunció al jurado del Premio “Alarico Gómez” y, por lo tanto, no consignó su voto al otorgarse el veredicto. El motivo de la renuncia se fundamentó en el hecho de que el jurado rehusó considerar el libro titulado “El alud”, firmado con el seudónimo “Juan Griego”. Los miembros del jurado consideraron que tal libro estaba fuera de las bases del concurso porque no era poesía, ya que no presentaba una estructura formal de versos. Palomares expresó su desacuerdo con el concepto del jurado en cuanto a definición de lo que es poesía o no; pero subrayó no tener ninguna objeción contra los libros premiados, los cuales calificó de excelentes.
Este premio fue creado ese año con un aporte de la Asamblea Legislativa y la Municipalidad, fue precisamente un guayanés el primero en ganarlo. Al año siguiente lo ganó Luis Camilo Guevara y tocó al pintor Jesús Soto, quien vino de París a pasar los días de Navidad y Año Nuevo en Ciudad Bolívar, presidir el acto e hizo entrega del premio en su segunda edición.
Luis Camilo Guevara, natural de Tucupita y residenciado en Caracas, pertenecía a la Pandilla “Lau Tréamont” donde militaban los intelectuales Carlos Noguera, Caupolicán Ovalles, el “Chino” Víctor Valera Mora y José Alberto Patiño, entre otros.
Ganó el premio sin haber concursado él directamente. Su libro “Vestigios Rurales”, firmado con el seudónimo de “Calibán” fue recopilado y enviado al concurso por el poeta José Alberto Patiño. El jurado que dictaminó estuvo integrado por Luis Alberto Crespo, Francisco Pérez Perdomo y Argenis Daza Guevara, quien fue el ganador de la primera edición. El otro libro escogido para el segundo premio fue “Restos de Fábula”, firmado por Enrique Hernández D’Jesús con el seudónimo de “Titiritero”. Hernández D’ Jesús no estuvo presente y en su lugar lo recibió Víctor Valera Mora.(AF)
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