De las imágenes de la Semana Mayor, las más veneradas por los católicos venezolanos son las del Nazareno y excepcionalmente el Cristo del Buen Viaje de la Iglesia de Pampatar. Entre todas, las más notables quizás sean las del Nazareno de San Pablo en Caracas y el Nazareno de Achaguas en el Estado Apures, cada cual con historias y leyendas que vigorizan las creencias tradicionales. Pero el Nazareno de Ciudad Bolívar abriga una leyenda religiosa que no ha podido trascender más allá del Orinoco sino que permanece como cautiva en el seno espiritual de la feligresía bolivarense devota
La feligresía bolivarense devota cree que el Nazareno de la Catedral de Ciudad Bolívar, talla de madera que se remonta a tiempos de la Colonia, camina por las noches, sube y baja las cuestas del Casco Histórico y a veces se interna por zonas rurales y selváticas, pues indicio de esta afirmación son el ruedo del hábito raido y llenos de espinas y abrojos.
Quienes han tenido por décadas el oficio de vestirlo, confeccionar y bordarle los hábitos de terciopelo morado para la procesión tradicional de la Semana Mayor, dan fe de lo que se comenta y poco o nunca se ha divulgado por los medios de comunicación que “el Nazareno de la Catedral de Ciudad Bolívar camina y visita descalzo a quienes lo invocan para sanar sus lesiones”
El sastre Asunción Aray, padre del periodista Ramón Aray, ambos fallecidos, así como la costurera Cándida Rosa Aray, han dejado testimonio oral de esa creencia de rasgos religiosos que de manera metafórica muchas veces dejó caer desde el púlpito Monseñor Dámaso Cardozo y el Padre Villasmil.
También del Nazareno de San Pablo, devoción de los caraqueños, se han dicho cosas parecidas, la más popular incluso cantada por Andrés Eloy Blanco, que en 1597 una epidemia de peste del vómito negro o escorbuto afectó a la ciudad de Caracas. En ese entonces la población dedicaba gran parte de su tiempo a labores religiosas de rezos para el Nazareno de San Pablo. Cuenta la leyenda que en el lugar cercano al templo de San Pablo existía una huerta plantada de limones cuyos azahares perfumaban el ambiente. En cierta ocasión la epidemia azotaba a los Caraqueños, por ello, el nazareno fue sacado en procesión a petición de los feligreses. Al pasar la imagen por la huerta, un racimo de limones quedó enredado entre la corona de espinas del Nazareno, cayendo al suelo algunos. Los devotos los recogieron, dándolos como medicina a los enfermos, quienes sanaron prontamente
Del Nazareno de Achaguas, ligado a la guerra de Independencia y a la figura del General José Antonio Páez, se dice que éste, antes de partir se dedicó a orar en la iglesia de la ciudad prometiendo la imagen de Jesús Nazareno si lograba la victoria en el Campo de Carabobo y al efecto salió victorioso en la trascendental contienda, pero su promesa no pudo cumplirlá sino el año de 1833 cuando le encarga al tallista español Merced Rada la imagen que es entregada a la iglesia en 1835, cico años después de haber separado a Venezuela de la Gran Colombia.
El Nazareno de Achaguas es una talla de 1.80 metros de altura y la cruz 2.70 metros de largo. El Miércoles Santo se congrega el pueblo de Achaguas para pedir favores y pagar promesas. La imagen es sacada de la iglesia a las 5 de la tarde y llevada por los creyentes en procesión hasta la medianoche al igual que ocurre con el Nazareno de la Catedral de Ciudad Bolívar. (AF)
No hay comentarios:
Publicar un comentario