s poetas de Ciudad Bolívar, siempre fieles al Día Mundial de la Poesía,
desde el 2001 que fuese declarado por la UNESCO, se congregan en alguna parte
de la capital del Orinoco, para
consagrar la palabra en lo esencial y reflexionar sobre nuestros tiempos.
El día 21 de marzo el Sol
se sitúa en el plano del ecuador terrestre y baña con su luz por igual los dos
hemisferios, dando lugar a la Primavera que hace brotar de vida a todas
las plantas de las muchas que tiene la ciudad, tantas que fue declarada ¡La
Ciudad de los Árboles” a solicitud del guasipatense doctor Leandro
Aristeguieta, fundador del Jardín Botánico del Orinoco.
El Día Mundial de la Poesía coincide, afortunadamente, con el día y el mes en que nació la poeta Teresa Zoraida Coraspe, socia correspondiente de la Academia Nacional de la Lengua al igual que los la novelista Milagro Mata Gil, de feliz recordación cuando pasó por la Corresponsalía de El Nacional, en Ciudad Bolívar..
Recuerdo que el 21 de
marzo de 2014, el Día Mundial de la Poesía, fue celebrado en el Hotel La Cumbre ofrecido gratuitamente por el
amigo Pedro Toledo. Allí habló de
primera y cerró con torta y brindis de cumpleaños la poeta mayor Teresa Coraspe,
seguida por Alcides Izaguirre con
sus voces desde las sombras, el arquitecto Wilfredo Velásquez reptando en los
socavones de los mineros, la musulmana Jusin soleada por el trópico guayanés,
Pedro Osty con su umbral obsceno hablando de la siempreviva y el orgasmo
en sus escritos laterales, Néstor Roja con sus trabajos del tiempo,
Víctor Medina, al borde de la locura, hablando por celular desde
Maracaibo; Riolama parlando en sandalias desde el diván, Elena
Fernández, con su plática y su plástica sobre los traviesos de la Isla de
Coche, seguido interminable con el profesor Alex Ferguson, Rusalca Fernández,
Lourdes Maestracci, Blas Pascuzzi, Arturo Briceño fallecido recientemente,
Josefina Briceño, Marcis Martínez, Graciela Reyes Chacín, y Jorge
Casanova, creador de la Fundación “Los
Poetas del Río”
Estuvo el encuentro poético encuadrado dentro del programa conmemorativo de los 250 años de Ciudad Bolívar, no por la importancia del aniversario en sí, sino porque estando Venezuela y particularmente la región del Orinoco, bajo una singular protesta nunca antes históricamente registrada, se establecía una identificación en el sentido de que Ciudad Bolívar nació bajo el signo de la protesta, pues al día siguiente de su bendición por el sacerdote Bruno de Barcelona, los habitantes suscribieron un documento, repudiando el autoritarismo del Capitán José de Iturriaga, quien desde Real Corona (Moitaco) ejercía autoridad militar sobre Angostura. Allí se agudizó una vieja rivalidad entre el fundador Joaquín Sabas Moreno de Mendoza y el comandante del Alto Orinoco José de Iturriaga que venía desde que ambos servían en la rada de fondeo del puerto de La Guaira. El Primero como comandante de las fortificaciones y el segundo como representante de España en la Compañía Güipuzcuana.
Asimismo venía como anillo al dedo el hecho de que el fundador de la antigua
Angostura, hoy Ciudad Bolívar, escribía poesía. De hecho, para
alegría de los circunstantes, el fundador Joaquín Moreno de Mendoza también era
poeta como así lo demuestra un largo poema de despedida escrito en Angostura en
el que queda reflejado el tema de su dimisión y los avatares de su ingente empresa.
Triste y deprimido por su renuncia concluye con este epitafio que manda graben
sobre su tumba: “Aquí yace Moreno que ostentando / Lo vi
tres años mi cerviz rigiendo / Buen ejemplo para los que están mandando /
Pues en mi Guayana no cabiendo / No bastó lo miraran usurpando / Y este
sepulcro le sobró muriendo”. (AF)
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