sábado, 26 de diciembre de 2020

EL CAMIÓN GAITERO DE CIUDAD BOLÍVAR

Este diciembre es evidente que los bolivarenses capitalinos, como todos los años, no disfrutarán del ya tradicional “Camión Gaitero” que comenzó como una parranda musical en 1978. No lo disfrutaran debido, ya lo sabemos, al virus que desde el continente asiático se ha extendido por los centros urbanos de la tierra y también porque los iniciadores se han dispersados. El “Camión gaitero” que citadinos ocurrentes preferían llamarlo “El Gran Alambique”, bien entendido porqué tratándose de jóvenes que tan pronto largaban el libro durante las vacaciones pre o universitarias tomaban los instrumentos sonoros para manifestar su júbilo decembrino a los cuatro vientos. Parece ser que el centro de la conspiración juvenil era la quinta “Anhelo” de la familia del médico traumatólogo José Luis Cestari Finamore, quien quería que sus hijos fueran amantes y ejecutantes de la música como él que se recreaba con el violín cuando no se hallaba ocupado en la clínica o el hospital enderezando huesos. Por la plataforma del Camión Gaitero como escenario nocturnal y espectacular, sin cortina y abalorios, desfilaron Noel Gamboa, Carlos, Antonio y Humberto Cestari, Luis José y Alberto Candiales, Luis Abatti, José Gómez, Argenis Granati, Orlando Bártoli, Ricardo Boccardo, Orlando Fernandez, Alberto Cucu Silva, el Coco Inaty, Omar Inaty, Herman y Hernan Pulgar, Horacio Santamaría, Luis Natera Cheo Hurtado y Gerson García Según nos cuenta los amigos José Luis Candiales Tapia y Luis Natera, todo comenzó improvisadamente con un camión Chevrolet allá por los años 1978 y 1982 y seguramente no podrá proseguir como es el deseo debido no sólo a la Pandemia sino a lo actual disperso del grupo en otros lares. La idea al comienzo era ir por la ciudad sin rumbo fijo, pararnos al frente de la casa de personas amigas y conocidas como lo hicimos. Rodábamos a partir de las 7 a 8 p.m., al pararnos al frente de la casa escogida, conectábamos a la electricidad y empezaba a sonar la gaita. Los dueños de la casa sorprendidos de la sorpresa se alegraban y empezaban a bailar al ritmo de los serenateros. Amigos empezaron a seguir al camión gaitero las veces que salía a brindar alegría decembrinas en nuestra bella ciudad. Caravanas de carros siguiendo al camión gaitero cada vez que salía a dar sus serenatas hasta amanecer. A partir de ahí cuando llegaba el mes de Diciembre esto se volvió una tradición. Amigos, familias y mucha gente comenzó a seguir al camión gaitero. Las cuadras se cerraban por la cantidad de carros que nos seguía. Esto continuó por unos tres años aproximadamente, hasta que comenzamos a irnos y establecernos haciendo vida en otras latitudes y ahora con este virus chino, menos. (AF)

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