Los cascos del caballo de Atila han tenido que ser cáusticos como la hoja del Merey que donde cae y permanece, difícilmente crece la yerba. Pero más cáustico que la hoja es la cáscara de la nuez aprovechada en productivos y diferentes usos industriales.
Dicen que el Merey es originario del Brasil o de las Antillas, pero
en el África, Mozambique y la
India abunda en grandes
extensiones, no porque crezca silvestre, como en Guayana y sur de Anzoátegui y Monagas, sino porque allá es fomentado su cultivo por
constituir la industrialización de ese fruto
una rica fuente de divisas, para
aquellos países de la zona tropical.
Las
semillas que trajeron del Brasil a Venezuela sólo encontraron suelo feraz para su propagación fácil y espontánea
en el Norte de Ciudad Bolívar y en el Sur de los Estados Monagas y Anzoátegui. Se
calcula que en esas áreas fue
verificada la existencia de unos
200 mil árboles.
A
pesar de los múltiples usos del Merey aprovechados al
máximo en países altamente industrializados que lo importan de la India , Mozambique, Tanzania, Madagascar,
Kenia, Senegal, América Central y
Brasil, en Venezuela este fruto anacárdico se continúa viendo como uno más del montón.
Muy limitadamente en, Ciudad Bolívar y Soledad se utiliza el merey
en pequeñas industrias domésticas para la elaboración de confites como el
popular mazapán, el merey pasado, en almíbar
y turrón de almendra.
No se explica mucha gente,
especialmente la que de fuera viene, cómo en
estas áreas donde el Merey crece
silvestre no se ha fomentado el cultivo organizado en gran escala y con fines industriales. Pero la
explicación podrían encontrarla en lo que siempre
se ha
dicho: que los venezolanos estamos más
interesados en la riqueza fácil del
petróleo, del hierro, del oro y del
diamante.
Una señora de
Tumeremo que produce artesanalmente merey en almíbar, permitió que muestras de
su producto fueran expuestas en una Feria de Montreal, Canadá. Meses
después la doña se desmayó al recibir carta de una importante firma del Norte en la que le pedían
varias toneladas de merey en almíbar.
Esta simple anécdota da idea de lo que son nuestras pequeñas cosas en el exterior, de lo mucho que se les aprecia y de los grandes beneficios que
derivarían si tuviésemos el ingenio del europeo, por
ejemplo, que monta una industria hasta con
las colillas de cigarrillos que se lanzan a la calle.
Tanto la cáscara de la
nuez como la almendra y el falso fruto tienen una extensa variedad de usos. En Guayana que es la única
parte de Venezuela donde se ha podido industrializarlo, pero familiarmente y con
muy escasos recursos, sólo se aprovecha el pedúnculo para elaborar con papelón,
clavos de olor y agua el llamado “Merey pasado” y con azúcar, clavo y limón el
popular “Merey en almíbar”. El Mazapán se elabora con la almendra
tostada y molida, leche y azúcar.
También preparan la almendra
pelada sola con sal molida.
En el vecino Brasil de
donde se afirma es oriundo el Merey, se prepara un refresco llamado “cuajada”
muy popular. En Bolivia se recomienda como estimulante del cerebro y la memoria. Varios países de las
Antillas lo utilizan en la preparación de vinagres y vinos. En Ciudad Bolívar ya es popular el Vino de
Merey El Angostureño en cuya empresa se han empeñado desde 2006 el artista
plástico de ascendencia francesa Miguel Harbonnier y el japonés-venezolano Luis Ishikaua. (AF)
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