Recopila las crónicas que diariamente vengo publicando en el Correo del Caroní y Red Social
jueves, 29 de julio de 2021
LA CRUZ DE INSTRUMENTO DE TORTURA A MADERO DE VEENERACIÓN CRISTIANA
La Cruz es una y única desde el punto de vista del cristianismo; sin embargo, en el mundo se conocen quince que varían una de la otra por su forma, lo cual hace posible su distinción complementada por el cognomento. Así tenemos la Cruz de San Antonio, la Cruz papal, la Cruz rusa, la Cruz de Tau, la Cruz decusata o de San Andrés, la Cruz de Calatrava, la Cruz patriarcal, la Cruz de Malta, la Cruz de Tierra Santa, la Cruz del Calvario, la Cruz griega, la Cruz latina, la Cruz monograma de Cristo, la Cruz de Santiago y la Cruz gamada o svástica.
Antes de la época de Cristo, los romanos utilizaban la Cruz como instrumento de tortura y flagelación para castigar a los contraventores de la ley. La ascensión de Constantino El Grande al trono del Imperio romano, después de la muerte de su padre, cambió la situación pues la Cruz dejó de ser instrumento de tortura gracias a la visión que tuvo el emperador en la víspera de una gran batalla que selló la unidad del imperio romano. En la visión premonitoria de su triunfo aparecía una Cruz gigante con la siguiente frase: “In hoc signo vinces” (con este signo vencerás).
Luego su madre, Elena, fervorosa cristiana y quien ejerció gran influencia en el emperador, realizó un viaje a Jerusalén y halló en una Basílica la Cruz en la que había sido crucificado Jesús y por virtud de esos dos hechos, doscientos años después de la crucifixión, los seguidores de la doctrina de Jesús la adoptaron como símbolo sagrado de la redención y de la fe cristiana.
Desde entonces el madero de la crucifixión se transformó en un elemento básico de la liturgia cristiana y algunos pueblos católicos lo celebran y recuerdan el hallazgo de Santa Elena con ruidosas fiestas. Así era en Madrid, los Puertos de Castilla y Andalucía, de donde nos vino la tradición de venerar el madero a partir del 3 de mayo con rituales muy de la Venezuela campesina.
En los barrios de Madrid se colocaban altares en las puertas de las casas. En los puertos de Castilla, los chicos recorrían las calles y visitaban las familias llevando una cruz adornada con flores y diciendo a viva voz en cada casa: “La Cruz de mayo” y el elegido respondía con regalos: “Para todo el año”. En Andalucía el día de la Cruz significa también la entrada del mes de las flores y el rito religioso se empata con bailes hasta el amanecer.
Esa tradición tan española la heredamos nosotros con sello propio y la mantienen durante todo el mes de mayo pescadores, campesinos y habitantes de calles y barrios tradicionales como Las Mercedes, El Temblador, Perro Seco, El Zanjón, Cruz Verde, La Lorena y Orinoco en Ciudad Bolívar, donde la Cruz no sólo tiene capilla estable sino grupos de cantores de galerones que se turnan en animoso contrapunteo de garganta, cuerda y carato.
La Cruz de Mayo era como la patroncita y en cuya ocasión se cantaba a garganta suelta con famosas bandolas como la de Facundo Bello que venía de Barlovento, y se pagaban promesas al estilo Roseliano, el maraquero venido desde muy lejos, desde Loma del Viento. La Santísima Cruz de Mayo lo había curado del padecimiento que significó para él haber quedado con el brazo tieso en la mitad de un joropo.
Cantaor de la Cruz de Mayo era Luis Tovar, pariente del bardo guayanés Héctor Guillermo Villalobos. Luis Tovar cantaba y rasgueaba muy bien su guitarra española, caminando la ciudad de un extremo a otro, vestido de impecable liquiliqui, con sombrero muy calado y muchas veces montado en un borrico, del Mercado al Morichal y de Perro Seco a la Carioca. (AF)
martes, 27 de julio de 2021
DISCRIMINAN LA TORTUGA ARRAU
U
Al proclamar la UNO el 16 de Junio como Día Mundial de la Tortuga Marina, está de hecho discriminando a la Tortuga Arrau del Orinoco que es fluvial y muy perseguida y apetecida, por cierto, si no que lo digan los admiradores de Chaffajon, quien la exalta en su novela “El Soberbio Orinoco” o si no los guayaneses que la degustan durante la Semana Santa en su propio carapacho, Este ejemplar de la fauna orinoquense, evidentemente, que ha sido soslayada por el organismo internacional; de manera, que esperamos de los líderes de los Derechos de los Animales, su queja por de esta discriminación. (AF)
domingo, 25 de julio de 2021
HUESOS DE PIAR CONFUNDIDOS CON EL POLVO
“Y abrieron un foso y allí metieron el residuo humano y una cúpula azul sobre una losa fue el mausoleo, el cielo sobre el Llano”. Ese pasaje de poesía de Andrés Eloy Blanco a una llanera bien pudiéramos aplicarlo a los restos de Manuel Piar, toda vez que en 1817 no existían en Angostura ni urnas ni carpinteros por lo que los cuerpos yacentes como el del héroe de Chirica, eran arrojados bajo tierra envueltos en sus hamacas donde con el paso de los años se confundían con la tierra. “Polvo eres y polvo serás”, dice el sacerdote el Miércoles Santo. Me declaró el médico internista, Eduardo Jahn, quien participó en las excavaciones, que las tierras de Angostura son húmedas y ácidas, dos elementos naturales enemigos de la conservación de los huesos.
Las excavaciones donde participo Jahn en busca de los restos, se hicieron en las tierras del Cardonal donde sepultaron a Piar, tierra que luego pasaron a manos de doña Bernarda Calderón. Ahí todavía sobrevivía un Cardón España a donde cada 16 de octubre iba religiosamente el bachiller Ernesto Sifontes a depositar una flor, similar a la que siempre ostentaba en el ojal de su chamarra.
De suerte, que los restos de Piar no existen como tampoco los del prócer Manuel Palacios Fajardo. La alternativa es el Cenotafio como el que Francia levantó a Saint Exupery, hasta que sus restos perdidos en el desierto vuelvan como es el deseo inquietante de quienes leen y han leído con ojos de niño “El Principito”. (AF)
JOSE CASTILLO (a) “EL PINCHO”
José Castillo muy conocido, entre sus amigos, como “Pincho”, nació en Barcelona el 25 de julio de 1941 (Dicen que el Libertador nació en esa fecha y no el 24). Se replantó en Ciudad Bolívar en tiempos de Gabriel Aguilera Ordaz cuando era director de Radio Bolívar, Precisamente, él lo trajo para que se encargara de la publicidad de la emisora. Luego, Sinar Guerra Madrid lo sustrajo para Radio Angostura y finalmente VENEVISIÓN que está cumpliendo sesenta años, donde “Pincho” lleva ya más de treinta. Treinta y por nada quiere jubilarse porque según él cumpleañero, tiene mucho que dar. La celebración de cumpleaños debemos decir que es doble porque Kawan cumplió días antes, este mismo mes, (15 de julio), no sabemos cuántos porque, según su filosofía, no es importante la edad que uno tenga sino los años que faltan por vivir, porque, en su casso, son muchos. Nosotros: Kawan, Pincho, Américo y Roberto Rojas, en la ilustración fotográfica, formamos una pandilla los fines de semana a bordo de la camioneta de kawan, siempre “listo” como los Boy Scout de Orquídea Sandoval. Pues bien, con cavita y botella, visitamos el Orinoco para maravillarnos de la tarde crepuscular detrás del Puente Colgante, luego la Tasca del Abuelo y finalmente el Farito, donde nos dispersamos para amanecer bien templados para la faena cotidiana ¡¡¡Qué Vida!!! En ciudad Bolívvar vivía oro Castillo muy popular llamado Carmelo Castillo, inseparable amigo de Jesús soto, cando ambos pintaban los cartlones del cine América que anunciaban la palícul de l NOCHE. a Carmelo lo inscribí en el partido político UIRD. Era un amigo noble y si nglar, tal vez por eso soto lo estimaba tanto y siempre que le escribí a Doña enma desde Pais, preguntaba por él. (AF)
sábado, 24 de julio de 2021
LOS RESTOS DEL GENERAL PIAR
El Ministerio de la Defensa autorizó, junio de 1980, a un grupo de militares, dedicado a la investigación histórica, para que hiciera excavaciones en zona del antiguo cementerio “El Cardonal” en un intento por dar con los restos del general Manuel Piar, fusilado por sentencia de un Tribunal de Guerra en la plaza de Angostura el 16 de octubre de 1817.
Los restos de quien llegó a ser General en Jefe de la República quedaron en lugar incierto desde entonces. Tavera Acosta dice en los “Anales de Guayana” que el cadáver de Piar fue sepultado en un sitio denominado El Cardonal que en ese tiempo servía de cementerio a los menesterosos. En ese mismo lugar se enterraron al año siguiente a los atacados por la viruela y más tarde, en 1855-56 a las víctimas del cólera morbus.
La señora Bernarda Calderón, octogenaria, dueña de la casa donde el 14 de junio de 1980 se iniciaron las excavaciones, dijo que el bachiller Ernesto Sifontes, acucioso investigador y observador hidrográfico del Orinoco, solía ir periódicamente al patio de su casa a colocar flores sobre un cardón donde él suponía se podían encontrar los restos del héroe de las batallas de San Félix y del Juncal.
Sifontes fue siempre un gran admirador de Piar y se contaba entre los que en Guayana llaman “piaristas” o sea, los que critican o consideran injusta la muerte de Piar y resaltan sus extraordinarios valores de guerrero y estratega.
Piar fue sentenciado a la pena máxima por un Tribunal de Guerra presidido por su paisano el almirante Luis Brión, atendiendo a los cargos del fiscal Carlos Soublette, quien lo señaló de estar incurso en los delitos de deserción, insubordinación y traición. Piar fue pasado por las armas a las cinco de la tarde del día 16 de octubre de 1817 y delante de su cadáver desfilaron en columnas las tropas que se hallaban presentes.
Los efectivos del Ejército estuvieron trabajando durante varios días, orientados por el Cronista de las Fuerzas Armadas, el Teniente Oviedo, y por el especialista en excavaciones arqueológicas Eduardo Jahn Montauban. Ellos exploraron una importante área de lo que en el siglo diecinueve fue el cementerio del Cardonal, pero nada se logró. Las excavaciones fueron paralizadas el 7 de julio mientras algunos poetas y escritores como Minína Rodríguez Lezama, Iván José Romero y José Antonio Lizardi clamaban porque se dejen en paz los restos de Piar y se la honre preferiblemente por la vía de su ejemplo de su valor de su obra contra el colonialismo.
Los restos del General Piar igualmente han sido buscados debajo del pavimento de la Catedral siguiendo lo dejado dicho por un legionario inglés que había oído comentar dos años después del fusilamiento que habían sido inhumados en esa iglesia que aún no estaba concluida
En la casa donde Piar estuvo preso durante el juicio militar que le fue seguido, también se acometió una exploración infructuosa siguiendo las indicaciones del historiador Ricardo Parto.
Manuel Piar figura en la lista del decreto que según el Presidente de la República, Antonio Guzmán Blanco, debían recibir los honores del Panteón Nacional. Pero como los restos jamás han sido localizados, el ingeniero Leopoldo Sucre Figarella, cuando era senador, propuso al Congreso, levantarle un cenotafio al igual que lo tienen Miranda y Sucre, patriotas cuyos restos quedaron, el primero en Las Carracas de España y el segundo, en Quito, Ecuador.
El doctor José Sánchez Negrón, siendo cronista de la ciudad, adelantó gestiones para transformar la capilla de Las Siervas de Ciudad Bolívar, en un Panteón Regional dedicado a Piar e demás próceres del Estado.
Lo cierto de todo esto es que ya el Congreso Nacional aprobó el Cenotafio y, por tanto, está en manos del Gobierno central ejecutarlo, creo que la diligencia plateada debe estar dirigida a presionar al ejecutivo en ese sentido (AF)
jueves, 22 de julio de 2021
GUILLERMO SUCRE, BOLIVARENSE CONSIDERADO UNO DE LOS CRÍTICOS LITERARIOS MÁS IMPORTANTES DE HISPONOAMÉRICA
Guillermo Sucre Figarella un bolivarense nacido en Tumeremo, 15 de mayo 1933 y fallecido en Caracas el 22 de julio de 2021, ha sido valorado como uno de los críticos literarios más destacados de Hispanoamérica. Tanto así, que fue propuesto para dar cátedra en una de la Universidades más prestigiosas del mundo, la Universidad anglosajona de Cambridge por el Premio Nobel de literatura Octavio Paz.
El Nobel mexicano se refiere a Guillermo Sucre "como uno de los mejores ensayistas y críticos literarios hispanoamericanos", sumando su valiosa opinión a los apoyos y méritos que finalmente le valieron a Sucre la elección para esta importante posición académica.
Dice Octavio Paz de Guillermo Sucre que "Sus ensayos, artículos y antologías son modelos en su género y han sido y siguen siendo contribuciones fundamentales en el dominio de la crítica literaria contemporánea en nuestra lengua. En esos textos y estudios encuentro una rara alianza entre la penetración intelectual y la erudi¬ción, la sensibilidad y la elegancia del estilo. Sucre es, sin duda, uno de nuestros mejores ensayistas".
Guillermo Sucre Figarella es autor de ensayos literarios y poemarios y traductor de autores como André Breton, Saint-John Perse, William Carlos Williams y Wallace Stevens.
Del poeta, escritor y profesor de varias universidades, entre ellas, por supuesto, la Universidad Central de Venezuela donde inició su formación, se conocen; Mientras suceden los días (1961), La mirada (1970), En el verano cada palabra respira en el verano (1976), Serpiente breve (1977) La vastedad (1988) Borges, el poeta (1967).
De su obra ensayística sobresale La máscara, la transparencia (1975), estudio ambicioso y cabal acerca de la aventura de la poesía hispanoamericana del siglo XX que tuvo amplia resonancia internacional y que constituye una referencia imprescindible.
Guillermo Sucre, hermano de Leopoldo y Juan Manuel Sucre Figarella, pasó su infancia en Ciudad Bolívar y cursó el bachillerato en Caracas. Siendo todavía un joven estudiante se opuso a la dictadura perezjimenista, y hubo de exiliarse a Santiago de Chile, donde estudió la carrera de filosofía y letras, que concluiría en la Universidad Central de Venezuela. Perteneció al grupo Sardio, cuya revista fundó y dirigió, y estuvo casado con Julieta Fombona, traductora y ensayista venezolana, con la que tuvo tres hijos. Profesor de la Universidad de Stanford, se dedicó en Estados Unidos a estudiar a fondo la poesía hispanoamericana y a escribir La máscara, la transparencia.
Desde su regreso a Venezuela a mediados de la década de 1970, impartió clases de literatura en las universidades Simón Bolívar y Central de Venezuela y formó parte del círculo de amigos de Octavio Paz, quien le abrió las puertas de su revista, Vuelta, y publicó uno de sus libros de poesía, La vastedad. En 1970 había recibido la beca Guggenheim, y en 1998 fue profesor titular de la Cátedra Simón Bolívar de la Universidad de Cambridge. Agudo lector y exégeta de Albert Camus.
La escritora y profesora de letras de la UCV, María Fernanda Palacios escribió un interesante ensayo sobre este personaje bolivarense de la estirpe de los Sucre: “Guillermo Sucre: la palabra, la pasión, el esplendor (1987), en el que expresa que “la poesía de Guillermo Sucre no está hecha de contingencias anecdóticas sino con los ritmos más subterráneos del vivir; no refleja su vida tanto como la refracta. Por otra parte, Sucre es un hombre que nunca habla de sí mismo o de su familia o de sus afectos en público; más bien tiende a resguardar celosamente su intimidad. Hombre secreto y discreto, enemigo de las entrevistas e inmune al halago y al denuesto de sus pares, uno de los más grandes críticos literarios de Hispanoamérica y un poeta riguroso y dotado de algo que escasea entre los poetas de su país y cualquier otro: una ética del lenguaje”. (AF)
¿Dónde quedó la alegría de vivir? La desaprensiva lentitud en el trato y la clara mirada del orgullo,
la vislumbre del carácter y el destino, la mano que sabía prohibir y
/consagrar,
los cuerpos que dan gracias al alma y ágiles como la parra se enlazan en las noches de placer y también del dolor; todo lo que fue ceremonia, frugal o generosa celebración ¿ahora dónde está, bajo cuánto oropel y odio y oprobio yace?
HA MUERTO GUILLERMO SUCRE, BOLIVARENSE CONSIDERADO UNO DE LOS CRÍTICOS LITERARIOS MÁS IMPORTANTES DE HISPONOAMÉRICA
Guillermo Sucre Figarella un bolivarense nacido en Tumeremo, 15 de mayo 1933, ha sido valorado como uno de los críticos literarios más destacados de Hispanoamérica. Tanto así, que fue propuesto para dar cátedra en una de la Universidades más prestigiosas del mundo, la Universidad anglosajona de Cambridge por el Premio Nobel de literatura Octavio Paz.
El Nobel mexicano se refiere a Guillermo Sucre "como uno de los mejores ensayistas y críticos literarios hispanoamericanos", sumando su valiosa opinión a los apoyos y méritos que finalmente le valieron a Sucre la elección para esta importante posición académica.
Dice Octavio Paz de Guillermo Sucre que "Sus ensayos, artículos y antologías son modelos en su género y han sido y siguen siendo contribuciones fundamentales en el dominio de la crítica literaria contemporánea en nuestra lengua. En esos textos y estudios encuentro una rara alianza entre la penetración intelectual y la erudi¬ción, la sensibilidad y la elegancia del estilo. Sucre es, sin duda, uno de nuestros mejores ensayistas".
Guillermo Sucre Figarella es autor de ensayos literarios y poemarios y traductor de autores como André Breton, Saint-John Perse, William Carlos Williams y Wallace Stevens.
Del poeta, escritor y profesor de varias universidades, entre ellas, por supuesto, la Universidad Central de Venezuela donde inició su formación, se conocen; Mientras suceden los días (1961), La mirada (1970), En el verano cada palabra respira en el verano (1976), Serpiente breve (1977) La vastedad (1988) Borges, el poeta (1967).
De su obra ensayística sobresale La máscara, la transparencia (1975), estudio ambicioso y cabal acerca de la aventura de la poesía hispanoamericana del siglo XX que tuvo amplia resonancia internacional y que constituye una referencia imprescindible.
Guillermo Sucre, hermano de Leopoldo y Juan Manuel Sucre Figarella, pasó su infancia en Ciudad Bolívar y cursó el bachillerato en Caracas. Siendo todavía un joven estudiante se opuso a la dictadura perezjimenista, y hubo de exiliarse a Santiago de Chile, donde estudió la carrera de filosofía y letras, que concluiría en la Universidad Central de Venezuela. Perteneció al grupo Sardio, cuya revista fundó y dirigió, y estuvo casado con Julieta Fombona, traductora y ensayista venezolana, con la que tuvo tres hijos. Profesor de la Universidad de Stanford, se dedicó en Estados Unidos a estudiar a fondo la poesía hispanoamericana y a escribir La máscara, la transparencia.
Desde su regreso a Venezuela a mediados de la década de 1970, impartió clases de literatura en las universidades Simón Bolívar y Central de Venezuela y formó parte del círculo de amigos de Octavio Paz, quien le abrió las puertas de su revista, Vuelta, y publicó uno de sus libros de poesía, La vastedad. En 1970 había recibido la beca Guggenheim, y en 1998 fue profesor titular de la Cátedra Simón Bolívar de la Universidad de Cambridge. Agudo lector y exégeta de Albert Camus.
La escritora y profesora de letras de la UCV, María Fernanda Palacios escribió un interesante ensayo sobre este personaje bolivarense de la estirpe de los Sucre: “Guillermo Sucre: la palabra, la pasión, el esplendor (1987), en el que expresa que “la poesía de Guillermo Sucre no está hecha de contingencias anecdóticas sino con los ritmos más subterráneos del vivir; no refleja su vida tanto como la refracta. Por otra parte, Sucre es un hombre que nunca habla de sí mismo o de su familia o de sus afectos en público; más bien tiende a resguardar celosamente su intimidad. Hombre secreto y discreto, enemigo de las entrevistas e inmune al halago y al denuesto de sus pares, uno de los más grandes críticos literarios de Hispanoamérica y un poeta riguroso y dotado de algo que escasea entre los poetas de su país y cualquier otro: una ética del lenguaje”. (AF)
¿Dónde quedó la alegría de vivir? La desaprensiva lentitud en el trato y la clara mirada del orgullo,
la vislumbre del carácter y el destino, la mano que sabía prohibir y
/consagrar,
los cuerpos que dan gracias al alma y ágiles como la parra se enlazan en las noches de placer y también del dolor; todo lo que fue ceremonia, frugal o generosa celebración ¿ahora dónde está, bajo cuánto oropel y odio y oprobio yace?
miércoles, 21 de julio de 2021
FELIPE HERNÁNDEZ Y EL COLEGEÓN
“El Colegeón” era una escuela primaria graduada sostenida por el Gobierno Regional siguiendo la política que sobre educación gratuita impuso Juan Bautista Dalla Costa en el siglo diecinueve, funcionaba en la parte baja del edificio colonial que sirvió de asiento al Congreso de Angostura
Allí permaneció hasta 1912 que la absorbió el Ministerio de Instrucción y lo transformó en la Escuela graduada “Tomás de Heres” que los profesores Alejandro Fuenmayor y el Bachiller Ramón Antonio Pérez trasladaron a la Casa Piar.
El amigo José Vicente Mariño, quien formaba parte del Consejo Editorial de la revista Rasmia (impreso) y Códice (virtual), me pidió en cierta ocasión por correo electrónico, a nombre de la Escuela que en Ciudad Guayana lleva el nombre del Bachiller Felipe Hernández, escribiera sobre el Colegeón y este personaje, del que nada o escasamente se sabía en la institución. Eso pasaba con otras escuelas o liceos como el de El Palmar que lleva el nombre del doctor José Eugenio Sánchez Afanador, porque ha sido conducta tan reiterada como criticada del Ministerio respectivo y de la Dirección de Educación del Estado, no suministrar los datos biográficos ni el retrato del personaje escogido para identificar los planteles.
Yo tampoco sabía mucho de Felipe Hernández en el momento y para enterarme tuve, incluso, que ir hasta el cementerio colonial donde se hallan sus restos desde el 31 de agosto de 1939 que lo sepultaron sin su esposa Juana, que pudo sobrevivirlo hasta diez años después.
Nativo de Ciudad Bolívar, el bachiller Felipe Hernández destaca entre los maestros de la capital angostureña que hasta muy avanzado el siglo veinte ejercieron el magisterio como un apostolado. Casado con Juanita Natera, tía de Don Brígido Natera Ricci, fundador del diario El Bolivarense, Felipe Hernández fue maestro del Colegieón cuando este funcionaba en la Casa del Congreso de Angostura. En la histórica casona se prestaba entonces para dar cabida a los tres niveles de la educación pública. En la parte baja que da con la calle Bolívar (aquí la foto) funcionaba la primaria y en la parte alta frente a la Plaza Bolívar, la secundaria y hasta principios del siglo veinte la educación universitaria.
Hernández fue también director fundador de la Escuela Nacional Joaquín Moreno de Mendoza, creada en 1936 y por cuyas aulas pasaron Jesús Soto, Rafael Pineda José Sánchez Negrón, Vicente Latorraca, Brígido y Alejandro Natrera Contreras, Mario Jiménez Gambús, entre otros destacados profesionales.
La Escuela Joaquín Moreno de Mendoza fue transferida al Municipio La Paragua para darle paso al Grupo Escolar Estado Mérida, un edificio modelo construido en los antiguos predios de la Ciudad Perdida durante el gobierno de Isaías Medina Angrita, pero que no pudo inaugurar el Presidente porque lo derrocaron el 18 de octubre del 45.
Dos Escuelas, una en Ciudad Guayana y otra en Ciudad Bolívar, llevan el nombre de este distinguido maestro bolivarense, padre del médico Felipe Hernández Natera, quien estudió en el Colegio Federal de Varones. Luego prosiguió en la Universidad Central de Venezuela donde se graduó en 1934 de médico cirujano. Posteriormente se especializó en ginecología. Asistió a varios Congresos científicos y ejerció como cirujano de la Plaza de Toros de Caracas, donde tuvo ocasión de demostrar su capacidad profesional y habilidad con el escalpelo, en la operación de la ligadura femoral en el novillero Pepe Luis Vásquez. Fundó una Clínica en Caracas para tratar la esterilidad y otros padecimientos propios de la mujer. Algunos de sus trabajos científicos fueron publicados en la Gaceta Bayer. Miembro fundador de la Comisión Pro Banco de Sangre del Estado Bolívar en Caracas y Presidente de la Casa Orinoco.
El nombre del Colegeón perduró hasta el año 2019 gracias al Profesor Diógenes Troncone Sánchez que lo rescató para el Colegio que dirigió durante 15 años la Profesora Rosario Gudet de Troncone hoy en Brasil, pero ahora pasó a otras manos y pasó a llamarse Colegio Rómulo Gallegos. (AF)
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