viernes, 28 de mayo de 2021

MURIÓ COLINA JOSÉ CLARET

El amigo José Claret Colina ha muerto. Cerró su círculo de vida escuchando seguramente la música del órgano Yamaha japonés que nunca pudo tener, pero que ejecutaba muy bien, en jubilosa competencia con el practicante del arte povera pintor Ángel Bonalde que ahora se encuentra en Marhuanta sembrando yuca y otros tubérculos porque según él, poseen proteínas para mantener la energía y contextura muscular que alarga la vida que no pudo prolongar su amigo. Yo, Claret, Obregón y Compiani, concurríamos diariamente a la Gran Fraternidad Universal de la Subida del 14, convencidos por el profesor Baik, con el argumento según el cual los alimentos que allí se preparaban como los cursos y ejercicios eran buenos para la salud física y espiritual. El único que no aguantó y rompió la regla fue Oswaldo Compiani, al que sorprendimos en el Restaurante de Don Remigio disfrutando una vianda de spaguetti con chorizos carupaneros. Un día Colina me confesó que estaba ahorrando para comprarse un Órgano Hammond, instrumento basado en los principios del electromagnetismo y de la amplificación a través de altavoces individuales. Era la década de 1960-70 cuando este órgano Hammond tenía su apogeo, destacándose en diversos géneros musicales, tanto en el jazz, en el rock, como también en el soul, el blues y la música ligera. En el año 1991, la empresa japonesa Suzuki adquirió el nombre de Hammond y con varias versiones entró en competencia con otro fabricante como el de Yamaha con el cual trabajaba y daba clases José Claret Colina en numerosas casas de familia de Ciudad Bolívar. (AF)

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