GERMÁN CARREÑO, SUCRENSE HECHO GUAYANÉS GRACIAS A LA FOTOGRAFÍA
Hubo un tiempo en que la provincia de Guayana era
jurisdicción político-territorial de Nueva Andalucía, lo que hoy es el Estado
Sucre, y de allá desde entonces venía gente a estudiar, trabajar y hasta hacer política en Guayana,
tal el caso de Brígido Natera Ricci.
Juan Manuel Sucre, Leopoldo Suce Moor, Andrés Mata, Bartolomé Tavera Acosta y
tanto otros como Germán Carreño en días más recientes.
Germán
Carreño, seguramente lejano descendiente de aquellos Carreño, artistas del sonido, que oscilaron
entre Margarita y Caracas. Casualmente,
un Carreño, Francisco, es el autor del famoso merengue “La Sapoara” que le dio
vuelta a Venezuela. Pero Germán Carreño, este del que bien escribimos, fue artista de la fotografía, quizá porque él era de poco
hablar y prefería que la gráfica hablara más elocuente y emocional que él. Realidad sobre la cual han reflexionado los
Chinos hasta el punto de sentenciar que “una fotografía habla más que mil palabras”.
Y
así como Carreño fue fotógrafo, ha podido ser pintor. La distancia es corta, Manrray, un fotógrafo surrealista, se halla representado
en el Museo de Arte Moderno Jesús Soto y
Luis Carlos Obregón practicaba la
dualidad fotografía y pintura. Como
suele decirse, “se lleva en la sangre”, vale decir, viene registrado en los
genes y se manifiesta desde edad temprana.
Jesús Soto me manifestó una de las veces que lo entrevisté, tanto para el
diario El Nacional como para la Televisión, que siendo niño le sustraía la
pintura de labio a su hermana Irma y se
iba a pintar grafittis y Germán Carreño siendo un mozalbete le sustraía la mini cámara
deportiva a su hermana mayor cuando retornaba a Río Caribe procedente de Caracas
donde estudiaba, y se iba a Carúpano a tomar fotografías luego que un polaco amigo le enseñaba cómo tenía que
operar la lente captando a una vendedora de pescado, un barco anclado en el
puerto o el atardecer marino o la tempestad agitando las olas.
De
la fotografía pasó a la cinematografía, también con cámara de ocho milímetros
sustraída a un cuñado y por cuya travesura lo internaron en un colegio
caraqueño donde apenas lo aguantaron tres meses. Lo cierto es que la vocación y la pasión
pudieron más a la larga llegando a los 22 años de edad a dominar las técnicas
audiovisuales desde la
Agrupación de Cine Amateur, en Caracas y Tiuna Films. En Guayana se desempeñó en el cargo de Director de Cultura del
Concejo Municipal del Municipio Caroní y como Director de la Biblioteca Rómulo
Betancourt. Y desde su fundación hasta su mueerte reciente Gerente de Proyectos Especiales de TV-Guayana y buena parte de su producción
como artista de la fotografía se halla en el Museo de Rochester de la Kodak, en
Washington, (AF)
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