Orlando Uzcátegui, abogado que se labró un nombre aquí en Guayana durante el curso de su vida, nunca perdió la perspectiva de su oficio. Jamás la perdió este señor alto, franco e inspirado por el credo de la francmasonería, cuyos instrumentos de albañilería masónica le sirvieron para levantar muros de obstáculos a todo lo que se erigiera contra el bien.
Era de los que afirmamos que no importa dónde se nace, sino dónde y por quién el hombre realiza su mejor obra. Aquí él trató de hacerla y si muchas veces la dinámica exigente de la profesión se presentó como contratiempo, no por ello
dejó de insistir y buscar rumbos como
cuando selló el compromiso de participar como aspirante a concejal de Ciudad
Bolívar.
Orlando Uzcátegui, fue un in-independiente
que huía de la disciplina rígida de partidos, esto no obstante, no fue óbice para mantener
sus simpatías por Unión Republicana
Democrática, desde la propia
existencia de ese partido cuando era
el "partidito del autobús”.
En las elecciones del 59 URD
postuló en el cuarto lugar de su lista
de Concejales por Heres al Dr. Orlando Uzcátegui. La muerte del Pope Gómez
le abrió el camino al Ayuntamiento, pues URD
en aquella época era la segunda fuerza del Estado y tenía tres concejales
en Heres. Uzcátegui que era el primer suplente se abstuvo para dejar la
curul a la disposición del partido que
lo exigía.
URD queriendo en 1973 premiar su lealtad de simpatizante y su capacidad de profesional y conducta ejemplar le ofreció encabezar la lista de aspirantes a Concejales
por Heres y aceptó la responsabilidad consciente de que podría aportar
experiencia profesional para
corregir los males que entraban muchos aspectos vitales del Distrito, especialmente de la Capital.
Podríamos decir que Uzcátegui era un hombre apurado y atareado, tan pronto estaba aquí como en Ciudad Guayana y en Upata. Su escritorio frecuentemente estaba lleno de casos y con un pie en
el edificio Mancini y otro en el estribo de la camioneta azul que lo llevaba al interior
del estado.
Pretendía Uzcátegui corregir
entonces los muchos males que escollaban el avance de la ciudad a metas más significativas dentro de lo social, lo cultural y lo productivo.
Le preocupaban el aseo y ornato de la ciudad; la venta de parcelas ejidales
y los precios de artículos de primera necesidad.
A Uzcátegui no se le olvidaba cuando René Ottolina, reconocido animador de
televisión, se ubicó en el Mirador Angostura y pidió una escoba para barrer
alrededor donde haría una filmación. A
propósito decía Uzcátegui que quien sea que
venga a esta ciudad debería llevarse de ella el recuerdo más hermoso porque así nos proyectaremos mejor y quien venga por primera vez seguiría viniendo siempre y hará que otros nos frecuenten.
En cuanto a
los ejidos criticaba la mala
administración. Nunca ha habido control
sobre la venta de tierras y hay gente
viva que se enriquece porque el Concejo, adrede o ingenuamente se lo está
facilitando. No hay derecho para que una persona que tenga casa y terreno
pueda comprar al Concejo más parcelas a
precios de ganga para el negocio de la reventa. Ningún ciudadano debe
tener más de un terreno cedido por
el Concejo, salvo que ese otro terreno
que reclame sea para instalar una fuente de trabajo.
Y sobre el
régimen de precios es otro paquete al que el
Concejo le ha rehuido en perjuicio de los habitantes de bajos recursos.
La administración Municipal de Heres se
destaca por la intensa propaganda política en los. barrios, tratando de ganar adeptos con obras que está obligada a ejecutar, porque los dineros
que en ellas se invierten no son de
ningún concejal en particular, sino dineros del pueblo, recabados a través de los impuestos y las ventas de sus bienes.
(AF)
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