Podríamos decir que en Mayo la Ciudad se llena de Cruces. Además de la Cruz Verde, sobresalen, la Cruz del Perdón, en la orilla del
Orinoco; de los Culíes o las
Mercedes (en la foto), de la Plaza del Convento (Centurión), Temblador, El
Zanjón, Cerro del Chivo, y La Lorena que persisten en la memoria popular bolivarense. Y no son como al principio simples maderos de la ocasión de Mayo sino
reliquias con leyendas a las que la fe del pueblo ha erigido altares y capillas
para que se eternicen en el tiempo.
La Cruz en el terreno del antiguo Convento de los Franciscanos fue
eliminada en 1967 para construir la actual Plaza Centurión. Permanecía esta
cruz desde entonces en el patio de la casa de Catalina Yánez de donde fue
rescatada para volverla a la Plaza
en una especie de altar diseñado por el artista Rafael Torrealba..
De estos velorios, los más animados son los de la Cruz Verde, la Cruz del Perdón y Las Mercedes. La Capilla de
la última es la única donde se realizan oficios religiosos. El Vicario
Apostólico, Monseñor Samuel Pinto Gómez, llevaba años oficiando la misa el 3 de
mayo, a las siete de la noche en la Calle Las Mercedes en medio de gran
alborozo animado por la chicha y los cantos. Pero para la Iglesia no es el 3 de
mayo el día de la Cruz sino el 14 de septiembre. La Iglesia viene haciendo la
exaltación de la Cruz ese día desde el Siglo V.
En los velorios bolivarenses del pasado reciente, era bastante familiar ver
a músicos y cantores populares como Nicanor Santamaría, el Negro Bambalá, Siete
Puyas, Agapito Blanco, Mónico Rivilla, Juan Parra, Juan Delgado y Alejandro
Vargas, casi todos perrosequeros, pegados con carupaneros y margariteños en un
ardoroso duelo de galerones, décimas y fulías.
Músicos y cantores comenzaban desde el 3 de mayo calentando los motores en
la Capotera que hoy se llama calle Peñalver y luego al anochecer cuando la
chicha de arroz, carato y caratillo de moriche estaban en su mejor punto, se
oía la voz del cantador.
Dios te salve Cruz Divina
árbol de la redención
amparo de los cristianos
consuelo de salvación
En el altar de los santos,
la Cruz es la más bonita
porque tiene su corona
y en el brazo una ramita
La fiesta de Cruz de Mayo es parte del folclore de nuestro pueblo. Comporta
un valor sociológico en el que se revela el sentimiento del hombre de campo,
del mar y de las zonas semiurbanas, asociado con sus vivencias, creencias y costumbres.
Es una fiesta profana, distinta a la que tiene lugar en la Iglesia. Cuando
a la Cruz de Mayo se le ha erigido capilla, sólo hay que abrir la reja para que
permanezca accesible durante el mes de mayo y prenderle cirios. Cuando no, se
saca la Cruz de la casa donde se guarda, se instala en un lugar de acceso
público, se le construye una enramada de palmas de cocotero o moriche y se le
adorna con ramas, bambalinas, flores y otros paramentos. Luego viene lo demás:
las bebidas típicas del lugar, tabaco, ron, café y los cantos tocando
diferentes temas del saber popular en la que sobresalen el Galerón y la Fulía.
Los músicos suelen interpretar también Polo, Malagueña, Jota y Décimas.(AF)
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