Hoy al mediodía falleció en esta ciudad el Licenciado Antonio López Escalona, después de un largo recorrido por las páginas periodísticas locales y las relaciones Públicas de la CVG y la Municipalidad heriana.
Antonio López Escalona era periodista graduado en la escuela de comunicación social de la Facultad de Humanidades
de la Universidad
Central , pero antes que Licenciado, sus paisanos citadinos
preferían identificarlo con el apócope (bachi) de “Bachiller” como también le
correspondió por antonomasia al
Bachiller Ramón Antonio Pérez (El Bachi Pérez), acaso porque el bachillerato de
los tiempos del Colegio Federal de Varones y del Colegio de los Padres Paúles,
era tan sólido que cualquier egresado podía fácilmente desempeñar relevantes
cargos que iban desde la docencia al estrado judicial.
El Bachiller López Escalona, aunque no tan antiguo como el
Bachiller Ramón Antonio Pérez, el Bachiller Ernesto Sifontes y el Bachiller
Brígido Natera Ricci, sabias personalidades del siglo pasado, era como un rezago
de esa especie profesional que logró el nivel superior en un intento por
librarse de ese bache que parece el “bachi”, pero que a la postre le ha
resultado familiarmente tolerante y hasta afectivo.
Si no pudo librarse del “Bachi”, al menos se libró de ese
cognomento de “casita” que un día de bromas y chuscadas le puso Leopoldo Sucre
Figerella, dado que mientras el profesor explicaba la clase del día el alumno
López Escalona la eludía pintando casitas en su cuaderno de tareas.
Lo cierto de todo es que Antonio López Escalona siempre soñó
con escribir en uno de esos periódicos de vida efímera que tuvo Ciudad Bolívar
y encontró una forma de llegar a ello, asociándose con el colega Héctor Cristofini, locutor de Radio Bolívar,
directivo y cronista deportivo de la
ciudad. Se ligaron de forma tal que
llegaron hasta montar una tienda deportiva en la que fue casa de la Librería Hispana
de los Hermanos Requesen.
En enero de 1969
habló con el editor y director de El Bolivarense, Álvaro Natera, para que lo
dejara publicar una columna semanal semejante a la de Abelardo Raidi, “Pantalla
de los jueves”, en El Nacional. Álvaro
lo aceptó de mil amores y él mismo la bautizó “Ojo Avisor” y así se ha mantenido por más de tres
decenios.
Estando en el
Colegio de Ingenieros tertuliando con el poeta John Sampson, el abogado y
bolerita Moisés De Lima y el ingeniero Rodríguez Mata, nos dijo que en enero del
2009 cumpliría su columna 40 años y entonces “echaría la casa, digo “la
casita”, por la ventana”.
Cuando comenzó, los parroquianos conjeturaban que la Columna del Bachi no
duraría un año; sin embargo, duró más que El Bolivarense que se paralizó como se han paralizado otro periódicos desde que el gobierno monopolizó la importación de papel. “Ojo Avisor” siguió saliendo los
lunes en El Diario de Guayana.
“Ojo Avisor” era una columna miscelánea de informaciones
locales, reflexiones, chistes, refranes, personajes de la picaresca y otras
amenidades, donde nunca faltaba una recomendada cinta cinematográfica, un cuento
de Jaimito, las clásicas y menudas torpeza gallegas o un tic de la
Cruz Roja Venezolana.
La hebdomadaria columna periodística fue galardonada
numerosas veces con el premio estadal Andrés Roderick, el Premio Municipal J.
M. Gómez Rangel y recibido distinciones del Club de Leones, V División de
Selva, Municipalidad de Soledad, Colegio de Ingenieros, Dirección de Deportes,
Colegio Italo Venezolano María Montessori, Cámara de Comercio, Colegio de
Relacionistas, Cruz Roja, Seccional
Bolívar, Dirección de Turismo, entre otros.
Pero la condecoración que mejor conservaba Antonio
López Escalona era la Orden Congreso
de Angostura, otorgada por el Consejo respectivo presidido por el Gobernador
Antonio Rojas Suárez y se la impuso el
Vicepresidente de la
República José Vicente Rangel y el director de Educación Aristóbulo
Isturiz. (AF)
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