El 6 de marzo de 2001, Víctor Casado Salicetti, ejecutivo de extensa trayectoria profesional en la región guayanesa, asumió la presidencia de la C.A. Electricidad de Ciudad Bolívar (Elebol), luego de desempeñar su gestión al frente de la vicepresidencia, asegurando que 2001 será propicio para el relanzamiento de esta importante empresa de la ciudad capital.
En esta etapa de Elebol hubo notable buen azar atravesado y lo ocurrido con Víctor Casado como profesional en el equipo armado por el economista Simeón García, tuvo mucho que ver con ello.
Víctor Casado, recién salido de la Corporación Venezolana de Guayana, se hallaba en situación de despedida, casi listo para viajar a los Estados Unidos en busca de mejor oportunidad para su profesión, pues ya había concluido un trabajo encomendado en la administración pública, cuando por la circunstancia muy eventual se encontró en un restaurante con Simeón García, presidente de la compañía, quien al rompe le preguntó qué estaba haciendo.
La respuesta no se hizo esperar y lo invitó a desistir de su viaje para que lo ayudara a sacar adelante a Elebol en la cual estaba empeñado casi como una cuestión de honor por tratarse de una empresa afecta a la misma entraña de su tierra donde había nacido.
Según me conversara entonces, fue muy importante para la aceptación de esa propuesta inesperada, importante y fundamental tanto para Simeón García como para él desde el punto de vista gerencial, porque él, Víctor Casado, venía con una larga experiencia de las Empresas Básicas, con una cultura cevegista y una formación profesional desarrollada durante años, la cual podía adaptarse a la necesidad de una empresa privada como Elebol que requería de un cambio sustancial. Así que ambos empezaron a trabajar juntos en este proyecto. Comenzó como director de Finanzas y luego se desempeñó en calidad de vicepresidente ejecutivo y finalmente como presidente.
Esto fue el resultado de una cambio en la organización dado que Hermágoras Aguiar, hermano del doctor Asdrúbal Aguiar, quien fue ministro de Caldera, se hallaba muy absorbido por la reestructuración de la deuda que Elebol tenía pendiente con Cadafe y debía viajar constantemente a Caracas. Simeón comenzó a delegar y otorgarle mayor autonomía, lo que permitió cambios importantes desde el punto de vista gerencial.
Incorporó como director de Recursos Humanos a Augusto Tineo, quien venía de trabajar en La Electricidad de Valencia, y quien le dio un cambio importante a este sector. Reforzó la organización con gente de confianza de Simeón como la doctora Seramis Rivero dejando en el equipo al ingeniero Álvaro Paradizi, con 16 años de experiencia dentro de la empresa.
Otro hecho importante que contribuyó al cambio de imagen fue la relación Gerencia-Sindicato. Víctor Casado estimuló un cambio de estilo en la relación, un tanto conflictiva antes, por otro de diálogo, de entendimiento, y en ese aspecto hubo buenas relaciones con el sindicato que pudo lograr reivindicaciones importantes para los trabajadores por la vía pacífica del diálogo a diferencia quizás de otros tiempos donde el trabajador veía al patrono como enemigo y viceversa.
Víctor Casado, licenciado en administración, con postgrado de gerencia en los Estados Unidos, donde se encuentra ahora, me contó en la oportunidad de escribir un libro con motivo de los noventa años de Elebol, que la empresa fundada en octubre de 1910, cambió visiblemente desde que ellos -Simeón, Casado, Aguiar- la asumieron para sacarla de los graves problemas en que estaba sumida. Esto fue percibido por los trabajadores que en la ocasión pudieron suscribir un justo contrato y realizar las elecciones para relegitimar las autoridades sindicales con Silva Pérez a la cabeza.
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